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Águila blanca. Serpiente Negra.03.


“Serpiente negra”, el vil hermano mayor del líder del clan, irrumpe en el poblado acompañado de su sádico hijo Yaotl, ejecutando una cruel venganza sobre la familia de “Águila blanca”. El tío le come el coño a su sobrina más pequeña, mientras el sádico primo obliga a la pequeña a comerle el culo a su hermana mayor.


Tras “Serpiente negra” violar a su cuñada, y su sádico hijo Yaotl haber empalado y matado al marido de ésta y hermano suyo, Itzcoatl seguía sintiéndose excitadísimo. Acababa de descargar litros de esperma en ese coño de puta y quería más.

Tío y primo ordenaron a sus hombres que situaran a las menores justo delante de la alta estatua de piedra con forma natural de círculo con un orificio central, sobre la alfombra de coloridas flores amarillas rojas y verdes, con formas geométricas sagradas. Yaotl, el más sádico, fue quien ideó la mejor manera de amarrarlas juntas.  

Debajo pusieron a Eleuia, la mayor de las hermanas. Estaba de cara al suelo del bosque. Tenía las piernas forzadamente separadas por un firme palo de madera amarrado de rodilla a rodilla. Su trasero estaba alzado y en pompa, no podía bajarlo porque el cuello de su hermanita “Venadito” había sido atado a su cintura, si se movía demasiado la ahogaría. “Deseo” tenía apoyados en el piso sus pechos turgentes y sus brazos, forzadamente separados y atados a las rodillas de Mazatzin.

La más pequeña de la familia estaba puesta boca abajo sobre el cuerpo de su hermana mayor, con su cara justo sobre el culo de Eleuia. Sus bracitos de niña atados por las muñecas a cada rodilla de “Deseo”. Como a ella, a “Venadito” le habían amarrado un largo palo entre sus rodillas para mantenérselas separadas, y en su cintura pusieron un lazo unido al cuello de su hermana, cuya cabeza asomaba por entre sus piernas. Para que nos entendamos, Eleuia estaba situada como si implorara algo a un Dios, y Mazatzin a cuatro sobre el piso por encima de “Deseo”. Ambas todavía vestidas con sus faldas.

Los hombres de “Serpiente negra” permanecían en círculo alrededor de ellas, con los pocos supervivientes del clan arrodillados a sus pies y amenazados con sus armas. Les habían dado órdenes muy explicitas sobre ese momento. Debían presenciar el desfloramiento de las hijas del jefe del clan, para que no hubiese dudas de quiénes eran los futuros padres de sus hijos. Además, tenerlos presentes mientras iniciaban la violación, sería todavía más humillante para las niñas.

Itzcoatl y Yaotl, padre e hijo, se situaron cada uno al lado de la hembra que iba a convertirse en su esposa y se quitaron los taparrabos tirándolos al suelo. La escena era realmente perturbadora.

“Serpiente negra” era el más oscuro del grupo. Tenía la piel, el pelo y sus orbes azabache intenso. Poseía un cuerpo grande, muy fuerte. Además, estaba completamente tatuado, hasta sus partes más íntimas, como una piel de serpiente. Su polla se mostraba tan magnífica y aterradora como antes. Era larga hasta su rodilla, gruesa como una lata de refresco, con un capullo gordote y un poco menos ancha bajando por el tronco. Le colgaban debajo dos cojones tan largos y grandes como el resto de su virilidad. Y todo ello estaba enmarcado por una maraña de vello púbico crespo.

La pequeña de la que pretendía abusar, “Venadito”, era casi todo lo contrario a su tío. Ella mediría ni metro y medio de altura, cuando él llegaba casi a los dos metros. Él era un fuerte guerrero oscuro, mientras ella era una niña sin florecer, muy delgada y pequeña. Prácticamente sin curvas. Además, su melena rubia oscura y sus orbes celestes la hacían todavía más hermosa y angelical.

Por otro lado, estaba Yaotl, hijo de “Serpiente negra” y que pretendía violar a su prima mayor. Eleuia y él compartían rasgos físicos. Ambos tenían la piel un poco más clara que el moreno habitual de los de su tribu. Además, los dos tenían ojos color marrón oscuro (excepto el azul celeste del joven sádico de orbes bicolor) y pelo castaño oscuro. Casi podían parecer hermanos, cosa comprensible, puesto que sus madres eran hermanas y bastante parecidas también.

Yaotl poseía un físico menos imponente que el de su padre. Era menos robusto, y un poco más bajo, pero sus músculos igualmente estaban bien fibrados. Se había limado los dientes para resultar más fiero. Y cuando tiró su taparrabos al suelo, todos pudieron comprobar que nada tenía que envidiarle a su padre. El de orbes bicolor tenía un rabo largo hasta media pantorrilla, pero compensaba de creces aquella diferencia con su progenitor con un grosor monstruoso. Podría ponerse su polla al lado de la de un caballo semental y habría dudas en quien la tendría más gorda. Así de tremendo era ese moreno pedazo de firme carne. Meterlo en un coño era como hacer un fistfucking con el puño cerrado de un hombre de manos grandes. Por debajo unos cojones no tan colgantes, más con forma de bolsa, pero sí imponentes. No tenía vello alguno en esa zona.

Cuando cada niña vio la monstruosidad de rabo que poseía su violador, se estremecieron de puro pánico. Estaban aterrorizadas. Acababan de presenciar como su madre era abusada por una de esas cosas y no querían ser las siguientes en padecer semejante tortura infame. Pero no tenían forma de salvarse, ni nadie acudiría a su rescate. Su padre “Águila Blanca” estaba muerto, empalado, justo ahí al lado. Y su madre, atada abrazada a él, había quedado en shock tras la agresión y ver morir a su amado marido entre sus brazos.

“Venadito”, la más pequeña, comenzó a temblar. “Deseo” quería romper a llorar. Gritar. Mandarlos a la santísima mierda. Pero no podía hacerlo. Notaba lo asustada que estaba Mazatzin y como su hermana mayor, Eleuia debía mantener la compostura, para que no entrasen ambas en estado de pánico. Eso sería lo peor. Debían mantenerse unidas y con la cabeza fría para tratar de encontrar una forma de escapar de allí. Eso pensaba la adolescente de orbes castaño oscuro. “Deseo” movió los dedos y acarició suave las rodillas de “Venadito”, intentando trasmitirle una tranquilidad que ella misma no sentía.

El enorme guerrero oscuro “Serpiente negra” se acercó a su “Venadito” y se arrodilló entre sus piernas forzosamente abiertas. Terminó de subirle la falda y desanudó sin prisas su braguita hecha con una tira de paño. Era la única de las hembras que llevaba esa prenda, por estar con su menstruación. Cuando Mazatzin notó que su zona más íntima quedaba a la vista de todos los presentes, y no solo eso, encima con su primer sangrado, hecho que se consideraba muy mágico y espiritual para su pueblo… entonces sí que deseó morirse de pura vergüenza.

El tío de la niña le abrió los labios mayores, observando encantado el pequeño tesoro que la de melena rubia guardaba entre sus piernas. Era sonrosado. Diminuto. Sin un solo pelo. Acercó su nariz y aspiró hondo, empapándose del aroma único y propio de aquella parte de la anatomía de ninfa de su futura esposa. Entonces Itzcoatl sacó su lengua gordota y caliente, y se la pasó a la cría desde el final de su raja hasta el inicio. Poco le importaba a él que ese delicioso coño de niña sangrase. Él como guerrero y cazador estaba acostumbrado a comerse crudas varias partes del cuerpo de animales y seres humanos.

-Hhhmmm… que rica estás “Venadito” – le dijo el malvado violador que le triplicaba la edad casi.

Mazatzin abrió mucho los ojos y se quedó paralizada con ese contacto extremadamente extraño, no tan violento como había esperado, y chocantemente agradable a su manera.

Mientras el tío de “Venadito” dedicaba su tiempo a comerle su coño virgen, por el otro lado Yaotl se acercó al culo de su hermana mayor Eleuia. La pequeña Mazatzin podía verlo todo perfectamente, pues tenía su cabeza puesta encima de aquel trasero firme de hembra de la adolescente de pelo castaño oscuro.

El bastardo de sádico de su primo torció su malvada sonrisa y le dijo:

-Me muero de ganas de maltratar a tu hermana. Como mi padre ha hecho con tu madre – empezó a decirle el chico de peinado mohicano, y luego prosiguió – Pero te daré la oportunidad de hacerle sentir menos dolor a Eleuia -

“Venadito” miró interrogante a su primo. Evidentemente la niña amaba profundamente a su hermana mayor y haría lo que estuviera en su mano para no verla sufrir como había visto a su madre escasos minutos antes.

-¿Qu… qué ppuedo…? – preguntó temblorosa Mazatzin, mirando al muchacho de orbes bicolor.

-¿No te lo imaginas? – le respondió Yaotl, acariciándole con las uñas las preciosas nalgas a su prima Eleuia.

-Ppor favor… Yaotl… dímelo – susurró la niña rubia, implorándole al violador de su hermana que le dijera cómo ayudarla. Ni que fuera mínimamente.

-Ya has visto lo que pasa si se penetra un orificio seco – dijo, en referencia al coño desgarrado y sangrante de su madre violentada.

-¡Mazatzin, no le escuches! ¡¡No hagas caso de lo que diga Yaotl!! – le previno Eleuia a su hermana menor rubia.

Sin pensárselo dos veces, el sádico de ojos bicolor alzó una de sus manos y empujó la nuca de “Venadito”, enterrándole su rostro de ninfa entre las nalgas de su hermana mayor.

-¡Aaahhh! ¡Eso no es...! ¡¡ES MI CULO!! – exclamó Eleuia cuando notó la carita de Mazatzin empotrada contra su trasero.

-Dije que penetraría tu orificio, pero no especifiqué cual ¡Jajajaja! – el primo de las niñas se descojonaba en su puta cara. Entonces se dirigió a la pequeña ninfa rubia – Ahora saca la lengua y lame a tu hermana. Cuanto más lo hagas, menos le dolerá -

Yaotl no apartaba la mano de la nuca de Mazatzin, manteniéndole la cara pegada completamente pegada al trasero de la hermosa Eleuia. Joder como iba a gozar reventándole el culo a la preciosa de su prima.

Por su lado, “Venadito” se rindió a la situación. Si tenían que pasar por esa penitencia, al menos que resultara un poco menos traumático y doloroso para su amadísima hermana mayor “Deseo”. Despacio, entreabrió sus labios rosados y sacó su lengüita, acercándola dubitativa hacia el orificio anal de su hermana.

Si nunca te han hecho una buena comida de culo es algo difícil de explicar. Lo único que tiene en común con una comida de coño es la sensación de humedad y calidez. Pero no se siente igual en la vagina que en el ano. Ni de lejos. Un cunnilingus es socialmente aceptado, muy agradable y placentero desde el principio, y provoca que la raja empiece a soltar jugos. Pero por el orificio trasero… la primera vez que sientes ahí en ese lugar “prohibido” o “antinatural” como lo llamarían algunos. Las terminaciones nerviosas del culo tienen una sensibilidad particular, única. Es algo que solo puedes comprender si lo has vivido. Es una experiencia entre emocionante, que puede asustar un poco al principio, que sorprende muchísimo cuando empieza y que te hace pensar que por muy “antinatural” que sea eso, pues joder, se siente de puta madre.

Y eso comenzaba a sentir Eleuia mientras su hermanita menor Mazatzin le pasaba suave su pequeña lengua por el espacio entre sus nalgas. Si se lo estuviera haciendo el sádico de ojos bicolor sería muy distinto, por el desprecio que sentía hacia él. Pero a “Venadito” no podía odiarla, ni detestaba lo que le hacía sentir en aquel momento. Quizás hasta un poco agradeció que le humedeciera ahí atrás, porque aquel monstruo de vergota que calzaba su primo no era normal y no quería morir desgarrada empalada por ella.

En el otro lado, “Serpiente negra” dedicaba todas sus energías en comerle el coño virgen a su sobrinita rubia. Después de humedecerle completamente los labios mayores y menores, apartó su boca del pequeño orificio y se chupó el dedo índice. Necesitaba comprobar que ciertamente su futura esposa era inmaculada, y al tener el periodo en ese momento no quedaría claro solo por la sangre evidentemente. Itzcoatl situó la yema de su dedo sobre la suave superficie que era la vagina sonrosada de “Venadito”. En contraste, el dedazo del guerrero era negro, grueso, rasposo. Hizo presión con delicadeza. No pretendía desflorarla así. Solo confirmar la pureza de su hembra. Poquito a poco, la puntita de su dedo fue penetrando aquel agujero glorioso.

Mazatzin apartó la boca del culo de su hermana “Deseo”. Se quedó paralizada de miedo cuando el guerrero completamente tatuado como una serpiente comenzó a avanzar con su dedo, sin prisa, pero sin pausa, en ese lugar tan perturbador.

-Nnnhhh…. Tío… Nnno hagas… Nnnnhh… Nno… - imploró la jovencísima ninfa rubia.

Yaotl se asomó para ver porqué “Venadito” decía aquellas palabras.

-Seguro que es virgen. Ya sabes cómo son estos pardillos – le dijo a su padre.

Justo en ese momento, en que “Serpiente negra” conseguía introducirle su primera falange dentro de coño apretadito y suave de la niña rubia, notó la fina membranita que estaba buscando y se detuvo, sonriendo con maldad.

-Si. Confirmado. Mi hembra no ha sido tocada – respondió a su hijo, y luego le preguntó - ¿Has comprobado la tuya? –

-A la mía más le vale serlo si no quiere que la destripe con mis propias manos – amenazó Yaotl.

No tenía necesidad de comprobarlo. Si cuando la penetrara no sangrase por el motivo que fuera… lo llevaba francamente mal. Por mucho que al sádico de orbes bicolor le pusiera cachondo abusar de su prima, no la tendría como su esposa si no tenía una demostración física de su pureza.

El mayor de los hombres comenzó a mover su dedo, metiendo y sacando la puntita del cálido coño de su sobrinita, sin pasarse de la frontera de su virginidad. “Serpiente negra” se inclinó para poder pasarle la lengua por su diminuto clítoris mientras la masturbaba.

-AaaAaaaAaaahhh… HHnnnn… - Mazatzin, sorprendida por el placer que sentía, comenzó a jadear suave sin poder contenerse. De momento no había sentido nada de dolor.

Yaotl, muy excitado por la situación, tiró del pelo de “Venadito” y le metió muy bruto dos dedos dentro de su boquita entreabierta de princesa.

-HhhhHHHhhhnnn… - los jadeos de la joven rubia quedaron apagados por los dedos de su primo.

El sádico de orbes bicolor movió brusco los dos dedos en la cavidad bucal que penetraba a la fuerza. Y tan bruscamente como se los había metido, se los sacó, cosa que la pobre “Venadito” agradeció silenciosamente. Yaotl apuntó sin más al culo de la mayor de las hermanas y de un movimiento muy rudo y firme, le penetró con ambos hasta lo más profundo que pudo, en su culito prieto.

-¡AAaaAAaaaAAaahhh! – se quejó la adolescente de pelo castaño oscuro.

Mazatzin notó como Yaotl le empujaba de nuevo la cara contra el culo de Eleuia, así que repitió lo que había estado haciendo antes, procurando lamerle a su hermana mayor toda la superficie que fuera capaz, pasándole la lengua al bicolor por sus dedos cada vez que éste los sacaba y metía del ano de “Deseo” con mucha velocidad y sadismo.

-¡AAaaAaaAAaAAaAahhh! ¡BASTA YAOOOTL! – gritó Eleuia, notado mucho dolor por su culo violentado tan salvajemente.

- HHHhhhhmmmHhhhhmmmHhhmmm… - “Venadito” jadeaba contra el culo de su hermana y se lo comía con devoción.

Mientras tanto, el padre del chico sádico continuaba con su comida de coño a esa ninfa de ensueño que era su sobrinita más joven. Dejando su gruesa lengua fuera de la boca, Itzcoatl comenzó a mover su cabeza de lado a lado, para estimular ese clítoris que jamás había sido tocado. Lo frotaba con insistencia con su sinhueso húmeda y caliente. Inclinándose un poco más hacia delante, “Serpiente negra” consiguió agarrar con su mano libre una de las tetitas de la niña rubia. No era más que un conito incipiente, suave y de lo más agradable de tocar. Atrapó su pezón entre el índice y el pulgar para acariciárselo de manera muy voluptuosa.

-¡HHhmmm…HhHhhhHHhhhmmm...HHhhhHHHHmmm…! – los jadeos de la ninfa iban subiendo de intensidad.

La mente de la pequeña “Venadito” estaba dividida en dos. Por un lado, tenía al malvado de su tío haciéndole una jodida comida de coño de campeonato, masturbándola suave y sin profundizar con dos dedos su raja virginal, y tocándole de esa forma tan gozosa su cuerpo, que le estaba volviendo loca. Por otro lado, Mazatzin sufría viendo muy de cerca como los dedos de su primo Yaotl violentaban el estrecho ano de su hermana mayor. La rubia chupaba el culo de “Deseo” realmente con todas sus ganas.

Itzcoatl varió su forma de estimular la vagina de la pequeña “Venadito” para otorgarle todavía más placer. Ahora, en vez de frotar de lado a lado su clítoris, dejó la cabeza quieta y fue solo su lengua la que comenzó a moverse de abajo hacia arriba, recogiendo los flujos de placer que manaban de aquel coño que era su manantial sagrado. “Serpiente negra” engulló sin hacer ascos todo lo que manaba de aquella intimidad femenina sin estrenar, incluida la sangre menstrual de su primer periodo. No quería desgarrarle el coño a su sobrinita menor, tenía que durarle mucho tiempo como amante y esposa, y por eso se esforzaba por humedecerle bien su raja y tratar de dilatársela un poco. Si consiguiese hacerla correrse ya sería la hostia.

Con esa idea en mente, el hombre con el cuerpo tatuado como una serpiente, decidió sacar la puntita de sus dos dedos con la que masturbaba a la ninfa rubia. Puso ahora su mano libre sobre el otro pechito incipiente de la niña, agarrándolos ambos con deseo. Amorró su boca al coño delicioso de su sobrinita y comenzó a devorarle su intimidad, penetrándola sin miedo con su lengua gordota, pues difícilmente iba a romperle con ella la telita que preservaba su virginidad.

-¡¡HHhhhmm…HHHHhhhhmmm…HHHHHhhhhHHHhhhmmmm..!! – “Venadito” comenzó a gemir con más ganas. Su tío sabía perfectamente cómo darle placer a su pre púber cuerpo de reina de las ninfas.

Itzcoatl lamía el coño de la nena a una velocidad considerable, y amasaba sus dos tetitas de piel clara, realmente pequeñas que en comparación a sus grades manos de bravo guerrero.

Yaotl el sádico de orbes bicolor, apartó la cara de Mazatzin y escupió en el orto de la hermosa adolescente castaña, pasando a meterle tres dedos bien juntos dentro. No sin mucho esfuerzo. A “Venadito” no hizo falta que le ordenara hacer nada. Amorró su boca al culo de Eleuia y lo devoró con la misma lascivia y devoción con las que su propio tío le estaba comiendo a ella el coño.

-¡AaaaAAaaAAaaaAAAaaAAAaaAAAhh…! – la hermana mayo soltaba quejidos por el dolor cada vez más molesto y fuerte en su trasero.

-¡¡HHHhhhhmmm…HHHhhhhhmmm…HHHHhhhhhmmmMmmmM..!! – la pequeña, en cambio, cada segundo que pasaba gemía más alto, por la intensidad con la que “Serpiente negra” le trabajaba su chochito virgen.

El guerrero de cuerpo completamente tatuado como una serpiente, quitó su mano zurda de las tetitas incipientes de su ninfa rubia y la puso sobre su clítoris, para proporcionarle a “Venadito” todavía más placer. Itzcoatl se sorprendió muy gratamente cuando la pequeña Mazatzin, dejándose llevar por la excitación que su tío hacía nacer en sus entrañas de niña, comenzó a mover su cadera suavemente al ritmo de sus lamidas. Lo sentía en cada poro de su piel. Ella estaba a punto de llegar al primer orgasmo que sentiría en su corta vida (que no el último ni mucho menos).

Y era importante que llegase a tenerlo. Que no se traumatizara con aquello, ni le resultara odiosa la idea de tener sexo con su propio tío. Era una ninfa joven y manejable, y ese malvado pervertido que casi le triplicaba la edad sabía perfectamente cómo moldear a su sobrinita menor para convertirla en una esposa digna de él, es decir, en una puta insaciable y lasciva que disfrutara al máximo de todas y cada una de las perversiones que a él se le antojaran, y que le dejara penetrarla con su gigantesca polla de elefante por todos y cada uno de sus orificios de hembra, para un intenso gozo de ambos.

“Venadito” notó que su cuerpo se calentaba intensamente, sobre todo la zona íntima entre sus piernas que su tío le devoraba con lujuria. Al mismo tiempo sintió estremecedoras oleadas de potente placer inundándola por dentro, con epicentro en su vagina, pero que explotaban y se expandían por cada rincón de su cuerpo. La pequeña ninfa rubia de orbes azules apartó su boca del culo de su hermana mayor Eleuia, y se dejó llevar por aquello que no sabía ni qué nombre tenía, un electrizante tsunami de gozo al límite y pulsaciones de éxtasis arrasándola por su interior.

-¡¡¡AAaaahhhhAAaaahhhhAaaahhAAaaaahhhAAAaaahhAAaaahAAAAAahhhhh...!!! – gimió Mazatzin mientras se corría en la boca de “Serpiente negra”.

-¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH!!!!!!!! – aulló Eleuia, gritando como maldito cerdo el día de la matanza.

Y es que el sádico Yaotl aprovechó el momento en que su prima menor se corría para sacar los dedos del culo a “Deseo”, su futura esposa, y con toda la mala hostia del mundo, se agarró clavándole las uñas en la parte alta de sus piernas, y la penetró sin dudarlo y de una potentísima estocada, encastándole su pollón gordote como la polla de un caballo en su culo, algo trabajado, pero no dilatado lo suficiente para ese tamaño descomunal de rabote, ni mucho menos.

4 comentarios:

  1. Me encanta!!!!!
    Estoy deseando de leer el siguiente. Me encanta el personaje de venadito. Me provoca mucha ternura, aunque seguro que su tío la convierte en alguien adicta al sexo

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  2. Querida Samanta,

    Me alegra que te haya gustado esta historia. Venadito es de lo más tierna, tienes toda la razón, y tiene todos los papeles para convertirse en la putita de su tío(?) jajaja

    ¡Un beso!

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  3. gracias por tan ricos relatos, tan humedecedores, calientes y excitantes, paso a paso van subiendo de nivel

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  4. Querido Jose Hernandez, gracias a tí por leerlos, por disfrutarlos y por tu comentario. Espero que los siguientes sigan gustándote igual que estos. ¡Un abrazo!

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