“Serpiente
negra”, el vil hermano mayor del líder del clan, irrumpe en el poblado
acompañado de su sádico hijo Yaotl, ejecutando una cruel venganza sobre la
familia de “Águila blanca”. El tío le come el coño a su sobrina más pequeña,
mientras el sádico primo obliga a la pequeña a comerle el culo a su hermana
mayor.
Tras “Serpiente negra” violar a su cuñada,
y su sádico hijo Yaotl haber empalado y matado al marido de ésta y hermano
suyo, Itzcoatl seguía sintiéndose excitadísimo. Acababa de descargar litros de
esperma en ese coño de puta y quería más.
Tío y primo ordenaron a sus hombres que
situaran a las menores justo delante de la alta estatua de piedra con forma
natural de círculo con un orificio central, sobre la alfombra de coloridas
flores amarillas rojas y verdes, con formas geométricas sagradas. Yaotl, el más
sádico, fue quien ideó la mejor manera de amarrarlas juntas.
Debajo pusieron a Eleuia, la mayor de las
hermanas. Estaba de cara al suelo del bosque. Tenía las piernas forzadamente
separadas por un firme palo de madera amarrado de rodilla a rodilla. Su trasero
estaba alzado y en pompa, no podía bajarlo porque el cuello de su hermanita
“Venadito” había sido atado a su cintura, si se movía demasiado la ahogaría.
“Deseo” tenía apoyados en el piso sus pechos turgentes y sus brazos,
forzadamente separados y atados a las rodillas de Mazatzin.
La más pequeña de la familia estaba
puesta boca abajo sobre el cuerpo de su hermana mayor, con su cara justo sobre
el culo de Eleuia. Sus bracitos de niña atados por las muñecas a cada rodilla
de “Deseo”. Como a ella, a “Venadito” le habían amarrado un largo palo entre
sus rodillas para mantenérselas separadas, y en su cintura pusieron un lazo
unido al cuello de su hermana, cuya cabeza asomaba por entre sus piernas. Para
que nos entendamos, Eleuia estaba situada como si implorara algo a un Dios, y
Mazatzin a cuatro sobre el piso por encima de “Deseo”. Ambas todavía vestidas
con sus faldas.
Los hombres de “Serpiente negra”
permanecían en círculo alrededor de ellas, con los pocos supervivientes del
clan arrodillados a sus pies y amenazados con sus armas. Les habían dado
órdenes muy explicitas sobre ese momento. Debían presenciar el desfloramiento
de las hijas del jefe del clan, para que no hubiese dudas de quiénes eran los
futuros padres de sus hijos. Además, tenerlos presentes mientras iniciaban la
violación, sería todavía más humillante para las niñas.
Itzcoatl y Yaotl, padre e hijo, se
situaron cada uno al lado de la hembra que iba a convertirse en su esposa y se
quitaron los taparrabos tirándolos al suelo. La escena era realmente
perturbadora.
“Serpiente negra” era el más oscuro del
grupo. Tenía la piel, el pelo y sus orbes azabache intenso. Poseía un cuerpo
grande, muy fuerte. Además, estaba completamente tatuado, hasta sus partes más
íntimas, como una piel de serpiente. Su polla se mostraba tan magnífica y
aterradora como antes. Era larga hasta su rodilla, gruesa como una lata de
refresco, con un capullo gordote y un poco menos ancha bajando por el tronco.
Le colgaban debajo dos cojones tan largos y grandes como el resto de su
virilidad. Y todo ello estaba enmarcado por una maraña de vello púbico crespo.
La pequeña de la que pretendía abusar,
“Venadito”, era casi todo lo contrario a su tío. Ella mediría ni metro y medio
de altura, cuando él llegaba casi a los dos metros. Él era un fuerte guerrero
oscuro, mientras ella era una niña sin florecer, muy delgada y pequeña.
Prácticamente sin curvas. Además, su melena rubia oscura y sus orbes celestes
la hacían todavía más hermosa y angelical.
Por otro lado, estaba Yaotl, hijo de
“Serpiente negra” y que pretendía violar a su prima mayor. Eleuia y él
compartían rasgos físicos. Ambos tenían la piel un poco más clara que el moreno
habitual de los de su tribu. Además, los dos tenían ojos color marrón oscuro
(excepto el azul celeste del joven sádico de orbes bicolor) y pelo castaño
oscuro. Casi podían parecer hermanos, cosa comprensible, puesto que sus madres
eran hermanas y bastante parecidas también.
Yaotl poseía un físico menos imponente
que el de su padre. Era menos robusto, y un poco más bajo, pero sus músculos
igualmente estaban bien fibrados. Se había limado los dientes para resultar más
fiero. Y cuando tiró su taparrabos al suelo, todos pudieron comprobar que nada
tenía que envidiarle a su padre. El de orbes bicolor tenía un rabo largo hasta media
pantorrilla, pero compensaba de creces aquella diferencia con su progenitor con
un grosor monstruoso. Podría ponerse su polla al lado de la de un caballo
semental y habría dudas en quien la tendría más gorda. Así de tremendo era ese
moreno pedazo de firme carne. Meterlo en un coño era como hacer un fistfucking
con el puño cerrado de un hombre de manos grandes. Por debajo unos cojones no
tan colgantes, más con forma de bolsa, pero sí imponentes. No tenía vello
alguno en esa zona.
Cuando cada niña vio la monstruosidad de
rabo que poseía su violador, se estremecieron de puro pánico. Estaban
aterrorizadas. Acababan de presenciar como su madre era abusada por una de esas
cosas y no querían ser las siguientes en padecer semejante tortura infame. Pero
no tenían forma de salvarse, ni nadie acudiría a su rescate. Su padre “Águila
Blanca” estaba muerto, empalado, justo ahí al lado. Y su madre, atada abrazada
a él, había quedado en shock tras la agresión y ver morir a su amado marido
entre sus brazos.
“Venadito”, la más pequeña, comenzó a
temblar. “Deseo” quería romper a llorar. Gritar. Mandarlos a la santísima
mierda. Pero no podía hacerlo. Notaba lo asustada que estaba Mazatzin y como su
hermana mayor, Eleuia debía mantener la compostura, para que no entrasen ambas
en estado de pánico. Eso sería lo peor. Debían mantenerse unidas y con la
cabeza fría para tratar de encontrar una forma de escapar de allí. Eso pensaba
la adolescente de orbes castaño oscuro. “Deseo” movió los dedos y acarició
suave las rodillas de “Venadito”, intentando trasmitirle una tranquilidad que
ella misma no sentía.
El enorme guerrero oscuro “Serpiente negra”
se acercó a su “Venadito” y se arrodilló entre sus piernas forzosamente
abiertas. Terminó de subirle la falda y desanudó sin prisas su braguita hecha
con una tira de paño. Era la única de las hembras que llevaba esa prenda, por
estar con su menstruación. Cuando Mazatzin notó que su zona más íntima quedaba
a la vista de todos los presentes, y no solo eso, encima con su primer
sangrado, hecho que se consideraba muy mágico y espiritual para su pueblo…
entonces sí que deseó morirse de pura vergüenza.
El tío de la niña le abrió los labios
mayores, observando encantado el pequeño tesoro que la de melena rubia guardaba
entre sus piernas. Era sonrosado. Diminuto. Sin un solo pelo. Acercó su nariz y
aspiró hondo, empapándose del aroma único y propio de aquella parte de la
anatomía de ninfa de su futura esposa. Entonces Itzcoatl sacó su lengua gordota
y caliente, y se la pasó a la cría desde el final de su raja hasta el inicio. Poco
le importaba a él que ese delicioso coño de niña sangrase. Él como guerrero y
cazador estaba acostumbrado a comerse crudas varias partes del cuerpo de
animales y seres humanos.
-Hhhmmm…
que rica estás “Venadito” – le dijo
el malvado violador que le triplicaba la edad casi.
Mazatzin abrió mucho los ojos y se quedó
paralizada con ese contacto extremadamente extraño, no tan violento como había
esperado, y chocantemente agradable a su manera.
Mientras el tío de “Venadito” dedicaba su
tiempo a comerle su coño virgen, por el otro lado Yaotl se acercó al culo de su
hermana mayor Eleuia. La pequeña Mazatzin podía verlo todo perfectamente, pues
tenía su cabeza puesta encima de aquel trasero firme de hembra de la
adolescente de pelo castaño oscuro.
El bastardo de sádico de su primo torció
su malvada sonrisa y le dijo:
-Me
muero de ganas de maltratar a tu hermana. Como mi padre ha hecho con tu madre – empezó a decirle el chico de peinado mohicano, y
luego prosiguió – Pero te daré la
oportunidad de hacerle sentir menos dolor a Eleuia -
“Venadito” miró interrogante a su primo.
Evidentemente la niña amaba profundamente a su hermana mayor y haría lo que
estuviera en su mano para no verla sufrir como había visto a su madre escasos
minutos antes.
-¿Qu…
qué ppuedo…? – preguntó temblorosa
Mazatzin, mirando al muchacho de orbes bicolor.
-¿No
te lo imaginas? – le respondió Yaotl,
acariciándole con las uñas las preciosas nalgas a su prima Eleuia.
-Ppor
favor… Yaotl… dímelo – susurró la
niña rubia, implorándole al violador de su hermana que le dijera cómo ayudarla.
Ni que fuera mínimamente.
-Ya
has visto lo que pasa si se penetra un orificio seco – dijo, en referencia al coño desgarrado y sangrante
de su madre violentada.
-¡Mazatzin,
no le escuches! ¡¡No hagas caso de lo que diga Yaotl!! – le previno Eleuia a su hermana menor rubia.
Sin pensárselo dos veces, el sádico de
ojos bicolor alzó una de sus manos y empujó la nuca de “Venadito”, enterrándole
su rostro de ninfa entre las nalgas de su hermana mayor.
-¡Aaahhh!
¡Eso no es...! ¡¡ES MI CULO!! –
exclamó Eleuia cuando notó la carita de Mazatzin empotrada contra su trasero.
-Dije
que penetraría tu orificio, pero no especifiqué cual ¡Jajajaja! – el primo de las niñas se descojonaba en su puta
cara. Entonces se dirigió a la pequeña ninfa rubia – Ahora saca la lengua y lame a tu hermana. Cuanto más lo hagas, menos le
dolerá -
Yaotl no apartaba la mano de la nuca de
Mazatzin, manteniéndole la cara pegada completamente pegada al trasero de la
hermosa Eleuia. Joder como iba a gozar reventándole el culo a la preciosa de su
prima.
Por su lado, “Venadito” se rindió a la
situación. Si tenían que pasar por esa penitencia, al menos que resultara un
poco menos traumático y doloroso para su amadísima hermana mayor “Deseo”.
Despacio, entreabrió sus labios rosados y sacó su lengüita, acercándola
dubitativa hacia el orificio anal de su hermana.
Si nunca te han hecho una buena comida de
culo es algo difícil de explicar. Lo único que tiene en común con una comida de
coño es la sensación de humedad y calidez. Pero no se siente igual en la vagina
que en el ano. Ni de lejos. Un cunnilingus es socialmente aceptado, muy
agradable y placentero desde el principio, y provoca que la raja empiece a
soltar jugos. Pero por el orificio trasero… la primera vez que sientes ahí en
ese lugar “prohibido” o “antinatural” como lo llamarían algunos. Las terminaciones
nerviosas del culo tienen una sensibilidad particular, única. Es algo que solo
puedes comprender si lo has vivido. Es una experiencia entre emocionante, que
puede asustar un poco al principio, que sorprende muchísimo cuando empieza y
que te hace pensar que por muy “antinatural” que sea eso, pues joder, se siente
de puta madre.
Y eso comenzaba a sentir Eleuia mientras
su hermanita menor Mazatzin le pasaba suave su pequeña lengua por el espacio
entre sus nalgas. Si se lo estuviera haciendo el sádico de ojos bicolor sería
muy distinto, por el desprecio que sentía hacia él. Pero a “Venadito” no podía odiarla,
ni detestaba lo que le hacía sentir en aquel momento. Quizás hasta un poco
agradeció que le humedeciera ahí atrás, porque aquel monstruo de vergota que
calzaba su primo no era normal y no quería morir desgarrada empalada por ella.
En el otro lado, “Serpiente negra”
dedicaba todas sus energías en comerle el coño virgen a su sobrinita rubia.
Después de humedecerle completamente los labios mayores y menores, apartó su
boca del pequeño orificio y se chupó el dedo índice. Necesitaba comprobar que
ciertamente su futura esposa era inmaculada, y al tener el periodo en ese
momento no quedaría claro solo por la sangre evidentemente. Itzcoatl situó la
yema de su dedo sobre la suave superficie que era la vagina sonrosada de
“Venadito”. En contraste, el dedazo del guerrero era negro, grueso, rasposo.
Hizo presión con delicadeza. No pretendía desflorarla así. Solo confirmar la
pureza de su hembra. Poquito a poco, la puntita de su dedo fue penetrando aquel
agujero glorioso.
Mazatzin apartó la boca del culo de su
hermana “Deseo”. Se quedó paralizada de miedo cuando el guerrero completamente
tatuado como una serpiente comenzó a avanzar con su dedo, sin prisa, pero sin
pausa, en ese lugar tan perturbador.
-Nnnhhh….
Tío… Nnno hagas… Nnnnhh… Nno… -
imploró la jovencísima ninfa rubia.
Yaotl se asomó para ver porqué “Venadito”
decía aquellas palabras.
-Seguro
que es virgen. Ya sabes cómo son estos pardillos – le dijo a su padre.
Justo en ese momento, en que “Serpiente
negra” conseguía introducirle su primera falange dentro de coño apretadito y
suave de la niña rubia, notó la fina membranita que estaba buscando y se
detuvo, sonriendo con maldad.
-Si.
Confirmado. Mi hembra no ha sido tocada
– respondió a su hijo, y luego le preguntó - ¿Has comprobado la tuya? –
-A
la mía más le vale serlo si no quiere que la destripe con mis propias manos – amenazó Yaotl.
No tenía necesidad de comprobarlo. Si
cuando la penetrara no sangrase por el motivo que fuera… lo llevaba francamente
mal. Por mucho que al sádico de orbes bicolor le pusiera cachondo abusar de su
prima, no la tendría como su esposa si no tenía una demostración física de su
pureza.
El mayor de los hombres comenzó a mover
su dedo, metiendo y sacando la puntita del cálido coño de su sobrinita, sin
pasarse de la frontera de su virginidad. “Serpiente negra” se inclinó para
poder pasarle la lengua por su diminuto clítoris mientras la masturbaba.
-AaaAaaaAaaahhh…
HHnnnn… - Mazatzin, sorprendida por
el placer que sentía, comenzó a jadear suave sin poder contenerse. De momento
no había sentido nada de dolor.
Yaotl, muy excitado por la situación,
tiró del pelo de “Venadito” y le metió muy bruto dos dedos dentro de su boquita
entreabierta de princesa.
-HhhhHHHhhhnnn…
- los jadeos de la joven rubia
quedaron apagados por los dedos de su primo.
El sádico de orbes bicolor movió brusco
los dos dedos en la cavidad bucal que penetraba a la fuerza. Y tan bruscamente
como se los había metido, se los sacó, cosa que la pobre “Venadito” agradeció
silenciosamente. Yaotl apuntó sin más al culo de la mayor de las hermanas y de
un movimiento muy rudo y firme, le penetró con ambos hasta lo más profundo que
pudo, en su culito prieto.
-¡AAaaAAaaaAAaahhh! – se quejó la adolescente de pelo castaño oscuro.
Mazatzin notó como Yaotl le empujaba de
nuevo la cara contra el culo de Eleuia, así que repitió lo que había estado
haciendo antes, procurando lamerle a su hermana mayor toda la superficie que
fuera capaz, pasándole la lengua al bicolor por sus dedos cada vez que éste los
sacaba y metía del ano de “Deseo” con mucha velocidad y sadismo.
-¡AAaaAaaAAaAAaAahhh!
¡BASTA YAOOOTL! – gritó Eleuia,
notado mucho dolor por su culo violentado tan salvajemente.
- HHHhhhhmmmHhhhhmmmHhhmmm…
- “Venadito” jadeaba contra el culo de su hermana y se lo comía con devoción.
Mientras tanto, el padre del chico sádico
continuaba con su comida de coño a esa ninfa de ensueño que era su sobrinita
más joven. Dejando su gruesa lengua fuera de la boca, Itzcoatl comenzó a mover
su cabeza de lado a lado, para estimular ese clítoris que jamás había sido
tocado. Lo frotaba con insistencia con su sinhueso húmeda y caliente.
Inclinándose un poco más hacia delante, “Serpiente negra” consiguió agarrar con
su mano libre una de las tetitas de la niña rubia. No era más que un conito
incipiente, suave y de lo más agradable de tocar. Atrapó su pezón entre el
índice y el pulgar para acariciárselo de manera muy voluptuosa.
-¡HHhmmm…HhHhhhHHhhhmmm...HHhhhHHHHmmm…! – los jadeos de la ninfa iban subiendo de intensidad.
La mente de la pequeña “Venadito” estaba
dividida en dos. Por un lado, tenía al malvado de su tío haciéndole una jodida
comida de coño de campeonato, masturbándola suave y sin profundizar con dos
dedos su raja virginal, y tocándole de esa forma tan gozosa su cuerpo, que le
estaba volviendo loca. Por otro lado, Mazatzin sufría viendo muy de cerca como
los dedos de su primo Yaotl violentaban el estrecho ano de su hermana mayor. La
rubia chupaba el culo de “Deseo” realmente con todas sus ganas.
Itzcoatl varió su forma de estimular la
vagina de la pequeña “Venadito” para otorgarle todavía más placer. Ahora, en
vez de frotar de lado a lado su clítoris, dejó la cabeza quieta y fue solo su
lengua la que comenzó a moverse de abajo hacia arriba, recogiendo los flujos de
placer que manaban de aquel coño que era su manantial sagrado. “Serpiente
negra” engulló sin hacer ascos todo lo que manaba de aquella intimidad femenina
sin estrenar, incluida la sangre menstrual de su primer periodo. No quería
desgarrarle el coño a su sobrinita menor, tenía que durarle mucho tiempo como
amante y esposa, y por eso se esforzaba por humedecerle bien su raja y tratar
de dilatársela un poco. Si consiguiese hacerla correrse ya sería la hostia.
Con esa idea en mente, el hombre con el
cuerpo tatuado como una serpiente, decidió sacar la puntita de sus dos dedos
con la que masturbaba a la ninfa rubia. Puso ahora su mano libre sobre el otro
pechito incipiente de la niña, agarrándolos ambos con deseo. Amorró su boca al
coño delicioso de su sobrinita y comenzó a devorarle su intimidad, penetrándola
sin miedo con su lengua gordota, pues difícilmente iba a romperle con ella la
telita que preservaba su virginidad.
-¡¡HHhhhmm…HHHHhhhhmmm…HHHHHhhhhHHHhhhmmmm..!! – “Venadito” comenzó a gemir con más ganas. Su tío
sabía perfectamente cómo darle placer a su pre púber cuerpo de reina de las ninfas.
Itzcoatl lamía el coño de la nena a una
velocidad considerable, y amasaba sus dos tetitas de piel clara, realmente
pequeñas que en comparación a sus grades manos de bravo guerrero.
Yaotl el sádico de orbes bicolor, apartó
la cara de Mazatzin y escupió en el orto de la hermosa adolescente castaña,
pasando a meterle tres dedos bien juntos dentro. No sin mucho esfuerzo. A
“Venadito” no hizo falta que le ordenara hacer nada. Amorró su boca al culo de
Eleuia y lo devoró con la misma lascivia y devoción con las que su propio tío
le estaba comiendo a ella el coño.
-¡AaaaAAaaAAaaaAAAaaAAAaaAAAhh…! – la hermana mayo soltaba quejidos por el dolor cada
vez más molesto y fuerte en su trasero.
-¡¡HHHhhhhmmm…HHHhhhhhmmm…HHHHhhhhhmmmMmmmM..!! – la pequeña, en cambio, cada segundo que pasaba
gemía más alto, por la intensidad con la que “Serpiente negra” le trabajaba su
chochito virgen.
El guerrero de cuerpo completamente
tatuado como una serpiente, quitó su mano zurda de las tetitas incipientes de
su ninfa rubia y la puso sobre su clítoris, para proporcionarle a “Venadito”
todavía más placer. Itzcoatl se sorprendió muy gratamente cuando la pequeña
Mazatzin, dejándose llevar por la excitación que su tío hacía nacer en sus
entrañas de niña, comenzó a mover su cadera suavemente al ritmo de sus lamidas.
Lo sentía en cada poro de su piel. Ella estaba a punto de llegar al primer
orgasmo que sentiría en su corta vida (que no el último ni mucho menos).
Y era importante que llegase a tenerlo.
Que no se traumatizara con aquello, ni le resultara odiosa la idea de tener
sexo con su propio tío. Era una ninfa joven y manejable, y ese malvado
pervertido que casi le triplicaba la edad sabía perfectamente cómo moldear a su
sobrinita menor para convertirla en una esposa digna de él, es decir, en una
puta insaciable y lasciva que disfrutara al máximo de todas y cada una de las perversiones
que a él se le antojaran, y que le dejara penetrarla con su gigantesca polla de
elefante por todos y cada uno de sus orificios de hembra, para un intenso gozo
de ambos.
“Venadito” notó que su cuerpo se
calentaba intensamente, sobre todo la zona íntima entre sus piernas que su tío
le devoraba con lujuria. Al mismo tiempo sintió estremecedoras oleadas de
potente placer inundándola por dentro, con epicentro en su vagina, pero que
explotaban y se expandían por cada rincón de su cuerpo. La pequeña ninfa rubia
de orbes azules apartó su boca del culo de su hermana mayor Eleuia, y se dejó
llevar por aquello que no sabía ni qué nombre tenía, un electrizante tsunami de
gozo al límite y pulsaciones de éxtasis arrasándola por su interior.
-¡¡¡AAaaahhhhAAaaahhhhAaaahhAAaaaahhhAAAaaahhAAaaahAAAAAahhhhh...!!! – gimió Mazatzin mientras se corría en la boca de
“Serpiente negra”.
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH!!!!!!!! – aulló Eleuia, gritando como maldito cerdo el día de
la matanza.
Y es que el sádico Yaotl aprovechó el
momento en que su prima menor se corría para sacar los dedos del culo a
“Deseo”, su futura esposa, y con toda la mala hostia del mundo, se agarró
clavándole las uñas en la parte alta de sus piernas, y la penetró sin dudarlo y
de una potentísima estocada, encastándole su pollón gordote como la polla de un
caballo en su culo, algo trabajado, pero no dilatado lo suficiente para ese
tamaño descomunal de rabote, ni mucho menos.
Me encanta!!!!!
ResponderEliminarEstoy deseando de leer el siguiente. Me encanta el personaje de venadito. Me provoca mucha ternura, aunque seguro que su tío la convierte en alguien adicta al sexo
Querida Samanta,
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado esta historia. Venadito es de lo más tierna, tienes toda la razón, y tiene todos los papeles para convertirse en la putita de su tío(?) jajaja
¡Un beso!
gracias por tan ricos relatos, tan humedecedores, calientes y excitantes, paso a paso van subiendo de nivel
ResponderEliminarQuerido Jose Hernandez, gracias a tí por leerlos, por disfrutarlos y por tu comentario. Espero que los siguientes sigan gustándote igual que estos. ¡Un abrazo!
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