“Serpiente
negra”, el vil hermano mayor del líder del clan, irrumpe en el poblado
acompañado de su sádico hijo Yaotl, ejecutando una cruel venganza sobre la
familia de “Águila blanca”. El tío viola a su sobrina más pequeña, mientras el
sádico primo le rompe el culo a su hermana mayor.
La pequeña Mazatzin de melena rubia y
orbes celestes acababa de tener su primer orgasmo provocado por la hábil lengua
y las manos de su tío “Serpiente negra”, y se sentía completamente
desconcertada.
Por su lado, Yaotl el sádico primo de las
niñas, aprovechó ese momento para encastarle de un solo movimiento rudo y
potente, casi la mitad de su polla gorda como la de un caballo, en el precioso
culito adolescente de Eleuia, quien soltó un agónico aullido por el dolor que
sintió.
Ambas hermanas, rubia la pequeña y
castaño oscuro la mayor, estaban atadas la una a la otra. Eleuia puesta a
cuatro, con el culo en pompa, las rodillas separadas por un palo, y sus tetas y
hermoso rostro de cara al suelo. Su hermanita menor Mazatzin estaba parecido a
ella, pero al revés, es decir, puesta encima de Eleuia, apoyando la parte alta
de su tronco en las lumbares de la castaña, y con la cara sobre su culo ahora
violentado por la polla de su primo de orbes bicolor. Sus piernecitas delgadas
quedaban igual separadas por un palo. Las muñecas de cada una amarradas con
sogas a cada rodilla ajena, y sus cuellos a la cintura de la otra, para evitar
movimientos innecesarios, o vanos intentos de intentar escapar de sus
violadores.
Yaotl se asió con mayor firmeza de las
piernas forzadamente abiertas de su prima mayor y futura esposa y retiró su
cadera lo justísimo para tomar un poco de impulso. De otro golpe duro y seco de
cadera, enterró ese pollón gordote que lucía orgulloso entre las piernas en el
maltratado orto de Eleuia.
-¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAHHHAAAHHHAAAHHHAAAHHH!!!!!! – la pobre “Deseo” solo podía hacer que gritar por el
daño que le llegaba de ahí atrás.
-Que
escandalosa eres, puta – dijo el
sádico de su primo, como si no fuera él el causante de su sufrimiento – Me encanta que lo seas -
El abusador retiró su pollón de macho
dejándole el hinchadote glande enorme dentro de su orto y empujó con todas sus
fuerzas, enterrándole al fin completamente su oscuro pollón de caballo hasta
las malditas pelotas.
-¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHAAAAHHH!!!!
¡¡NOOOOOOOOOOO!! ¡¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!! – la adolescente de orbes castaños se desgañitaba voceando como una
perra. Sin poder contenerse comenzó a llorar desconsoladamente.
-Hhhhmmm….
Increíble prima… Tu culo de zorra me aprieta la polla como si quisiera
engullirla y quedársela para él – murmuró
el de peinado mohicano, sintiéndose en el puto paraíso. Y más sabiendo que esa
hembra de infarto iba a ser suya por toda la eternidad.
Eleuia agarró fuerte las pantorrillas de
su hermana “Venadito”. En ese instante, aquel bastardo que se comportaba más
como un animal que como un ser humano, y que compartía lazos de sangre con
ella, inició un movimiento no muy brusco sodomizándola. Yaotl no podía romperle
el culo como deseaba por ahora, porque le costaba horrores extraer su rabo
grueso como el de un caballo y de un largo considerable. Y eso que él tenía
bastante fuerza. Pero el ano de la zorra de su prima era realmente angosto.
Follarla era como tratar de meter el dedo gordo por el agujero de una aguja de
coser. Se lo había lubricado obligando a Mazatzin a comerse el culo de su
hermana mayor, y la había dilatado mínimamente con sus dedos. Aun así, los
músculos de la pared del esfínter de aquel trasero glorioso le apretujaban con
firmeza su duro rabo descomunal.
-Joder
no voy a cansarme JAMAS de follarte el culo – aseguró Yaotl a su víctima.
-¡QUE
TE DEN POR CULO YAOTL! – bramó
“Deseo”.
-Jajaja
no prima, es a ti a quien están dando bien dada por culo – respondió con sarcasmo el de orbes bicolor.
Y como para ratificar aquella afirmación, Yaotl imprimió
mucha más mala hostia a sus movimientos, logrando penetrarla completamente,
dejando solo el gordo glande dentro de su orto, y embistiendo con saña le iba
encastando su pollote oscuro hasta sus enormes cojones bamboleantes y
cargadísimos de leche que guardaba especialmente para ella, su futura esposa y
madre de sus hijos.
-¡¡¡AAaaaAAAAAaaAAAAAaaAAAAAHHHH!!! – Eleuia solo podía gritar por el tormento que estaba
obligada a soportar en sus posaderas recién desfloradas.
“Serpiente negra” se tomó un pequeño
descanso mientras su hijo se divertía con la mayor de las hermanas. Realmente
verle actuar así tal como era con una hembra era muy excitante, aunque él
prefería ser más cuidadoso con su ninfa pre púber “Venadito”, la menor de las
hermanas, casi tan rubia como su madre, y con los orbes del mismo tono celeste.
El hombre de piel negra sabía que
follarse a Mazatzin sería todo un reto, si no quería dañarla de forma
permanente. Por eso dedicó un buen rato a comerle el coño con deseo, a dedearla
y manosearle sus incipientes pechitos de niña. Y no se detuvo hasta que
consiguió arrancarle su primer orgasmo, cuyos flujos mezclados con sangre de su
primer periodo bebió con la avidez de un hombre perdido en el desierto.
Por cómo estaba atada, “Venadito” había
estado observando horrorizada como el aterrador miembro viril del sádico de su
primo destrozaba sin piedad el culo de su pobre hermana mayor. La niña se
sobresaltó cuando escuchó una voz muy familiar susurrándole en el oído.
-Ya
has visto como es la mía de grande –
la polla de su tío era bastante más larga que la de Yaotl, solo un poco menos
gruesa, como una lata de refresco. Negra. Con un capullo mucho más gordo que el
resto del tronco, unos cojones mucho mayores y más colgantes. Y todo ello
envuelto con pelos crespos oscuros.
La ninfa rubia se estremeció recordando
ese vergote descomunal que reventó el coño de su madre ante sus ojos.
-Vas
a ser mi esposa. Y vas a darme muchos hijos – “Serpiente negra” susurraba esas palabras a su sobrinita menor,
mientras le frotaba el duro glande de su rabo gigantesco contra su conchita de
nenita sin pelo – No quiero hacerte
sufrir más de lo estrictamente necesario – aseguró, besando su cuello.
Mazatzin no sabía ni qué responderle ya,
con todo lo que estaba pasando. La situación la superaba en todos los sentidos
posibles. No entendía nada. No sabía el porqué del odio de su tío y su primo
hacia ellas y sus padres. Ni porqué querían violarlas. Desposarlas. ¿¿¿Por qué
Yaotl había metido su cosota en el culo de Eleuia??? ¿Eso era normal? ¿Lo
hacían los maridos con sus mujeres? Porque hasta ese instante en que se vio
obligada a ver la sodomización forzada de su hermana mayor “Deseo”, la ninfa
rubia no sabía ni que aquello fuera posible. Y para acabar de confundirla y
avergonzarla, su tío Itzcoatl le había dado muchísimo placer con su lengua y
sus manos… ¿qué pasaría cuando ese hombre le metiera esa monstruosidad de cosa
que le colgaba entre las piernas hasta las rodillas? La niña quería morirse ahí
mismo.
“Serpiente negra” pegó su glande hinchado
contra la conchita virgen de su sobrinita menor. La imagen era bestial. Ella
era menuda, delgadita, de cuerpo sin desarrollar, piel clara, pelo rubio y
orbes azules. Él en cambio, era un bravo guerrero curtido en batalla. Era muy
alto y de cuerpo fornido. De piel tan negra como sus orbes o su pelo. Y ya
comparando sus intimidades, la cosa se ponía aún más complicada. Si a Yaotl le
costó meterle su rabo en el estrecho ano de su prima Eleuia, ahora el glande
que intentaba penetrar en esa rajita diminuta era descomunal. Era un elefante
tratando de follarse a una hormiga.
Sabiendo lo que se le venía encima,
“Venadito” trató de relajarse. La nenita notaba esa cosa imposible y dura como
una roca frotándose contra su conchita húmeda por la comida de coño y el
orgasmo que tuvo. Itzcoatl acariciaba muy suave los hombros, brazos, y la
cintura de su sobrinita. Dejaba cálidos besos por su espalda, a lo largo de su
columna, y alrededor de ésta. Viendo como Yaotl maltrataba a su presa, le
entraban ganas de ser igual de cruel. Pero no podía. No debía hacerlo. Su polla
de elefante era bien capaz de destrozarle el coño a la mujer más puta y
acostumbrada a ser follada.
Mazatzin era su pequeño y preciado tesoro.
No era una puta más. Era la hija menor de su hermano recién asesinado. Y sería
su orgullosa esposa por el resto de su vida. Disfrutaba imaginando el espíritu
atormentado de su hermano menor “Águila blanca” cuando viese desde el más allá
como su preciosa hijita pequeña se convertía en una jovencísima hembra ávida de
sentir la polla de “Serpiente negra” en todos sus orificios por puro placer. Sí,
eso sí que le causaría un placer inimaginable. Bendita venganza.
Llegó un punto, cuando el violador tenía
metida nada más que el extremo de su rabo dentro del coño de su ninfa, que notó
ya su himen intacto. Joder, soltó un chorretazo de precum sabiendo que la iba a
desvirgar ya mismo. A su “Venadito”. Y sería suya para siempre. Por su lado, la
pre púber rubia notaba su diminuta raja de niña ya estiradísima, cosa que le
provocaba cierto dolor. Pero callaba y aguantaba.
-Ahora
te va a doler, “Venadito”. Será lo más incómodo que te haga. Luego te prometo
que mejorará y te haré sentir como antes
– dijo Itzcoatl a su ninfa rubia de orbes celestes.
Y sin darle mucho tiempo a pensárselo
demasiado, el malvado tío dio un único y firme empujón con su cadera,
consiguiendo que su glande grueso y duro penetrara completamente en el coño
angosto de su sobrina.
-¡¡AAAaaAAaaaAAAAaaaAahHhhhHhh…!! – la nenita evidentemente soltó un quejido cuando su
himen se rasgó. Su virginidad robada por el hermano mayor de su padre.
-Tranquila,
preciosa ninfa, lo peor ya ha pasado
– respondió excitadísimo y complacido el corpulento hombre negro.
Con habilidad, el violador bajó su mano
al coño de la pequeña y comenzó a estimularle el clítoris. De momento no se
movía de como estaba, solo con su gordote glande insertado en tan angosto
canal. No tenía prisa alguna. Quería disfrutar de aquel momento al máximo y
tener un hermoso y excitante recuerdo para la posteridad.
En ese momento, Yaotl golpeó varias veces
con la mano abierta una de las nalgas de su prima Eleuia.
-¡¡NOOOOOOO!!
¡¡ME DUELE MUCHO!! ¡¡PARA, POR FAVOR!! ¡NO LO PUEDO SOPORTAR! – le suplicó entre lágrimas la mayor de las hermanas
a su sádico sodomizador.
Yaotl detuvo sus embestidas. Se fue
retirando muy despacio del interior del culo de “Deseo”. Cuando solo quedaba la
punta dentro, dejó que el propio orto terminara de expulsar casi del todo al
gordote intruso fuera, quedando su orificio posterior palpitante y muy
dilatado.
-Que
exagerada eres, zorra. Ni si quiera tienes sangre… Todavía – le respondió el de pelo mohicano con cierto
sarcasmo en su tono de voz.
El sádico empujó y su glande penetró un
poco dentro del ano de su prima mayor. Otro empujoncito y lo penetró un poquito
más. El bastardo se estaba poniendo como una puta moto haciéndole aquello a la
hermosa adolescente de la que abusaba. Cada empujón iba acompañado de un
delicioso quejido por parte de ella que le hacía estremecerse de puro gozo.
-Noooo…
Basta Yaotl… ¡Aaahhhh…! Te lo suplico… No más… ¡Aaahhhh…! -
imploró la hembra maltratada.
-Me
gustaba más cuando berreabas como una cerda, prima – aseguró el de orbes bicolor.
Con la mayor crueldad del mundo, Yaotl
sacó del todo su rabo grande como el de un caballo, y con ferocidad, empaló
completamente a su hermosa prima con él de golpe, iniciando una follada salvaje
a su orto. La manera en que ese sádico sodomizaba a Eleuia era bestial, y más
teniendo en cuenta la poca preparación, la notable diferencia de tamaño entre
su polla y el orificio estrecho de ella, y la forma inhumana en que él embestía
contra su culo.
-¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHAAAAAAAAAHHH!!!!
¡¡AAAHHHHHHHAAAAHHHAAAAAAAHHHHHHH!! ¡¡AAAAAAAHHHHHHAAAAAAAHHHHHHH!! – la
adolescente de orbes castaños solo gritaba por el punzante dolor insoportable
que Yaotl causaba en su trasero.
Mientras violaba a su prima, Yaotl
comenzó a arañarle la piel allá donde llegaba, le rasgaba la piel con sus uñas,
con sus dientes, la golpeaba para su propio mayor goce de sádico bárbaro y
desalmado.
Fue entonces cuando “Serpiente negra”
notó que su paciencia tenía recompensa. Tras estar masturbando a Mazatzin
dejándole solo su glande gordo y negro dentro de su coño pre púber, sintió como
éste se relajaba un poquito y ya no le estrangulaba tanto como antes cuando la
desvirgó.
-Muy
bien, “Venadito”, veamos si tu conchita puede tragar un poco más de mi dura
serpiente – dijo Itzcoatl a su
sobrina menor. Ella tembló por dentro.
El guerrero tatuado pasó una mano por los
labios vaginales de su preciosa ninfa rubia y utilizó sus propios jugos y su
sangre menstrual para humedecerse la polla y su coño. Luego, inició un balanceo
suave y tranquilo. De manera cuidadosa, el fornido negro conseguía ir
penetrando ese coño de cría centímetro a centímetro. Mazatzin cerró los ojos y
apretó los puños. Realmente en comparación a la brusquedad de la primera
embestida que le rompió su himen, ahora sentía en su vagina que la tenía
completamente tensa, estirada, y como poco a poco, con molestia y cierto dolor
palpitante mezclado con el placer que le causaban los dedos de su tío en su
clítoris, iba abarcando en su interior cada vez más pedazo de aquella verga
descomunal que calzaba su futuro marido.
-Aaahh…
Nnnnhhh… - jadeó la nenita, sin
negarse a aquel avance.
Al contrario que Eleuia, “Venadito”
trataba de no gritar y soportar aquella extraña violación lo mejor posible.
Había descubierto que discutiéndole a su tío solo lograba recibir su ira. Pero
si se portaba mansa y tranquila, él se preocupaba por darle algo de placer al
menos. Y más viendo como su primo Yaotl maltrataba el culo de “Deseo”. Si le
hicieran algo así a ella, si la torturasen como ese bastardo estaba maltratando
a su hermana… ella no sería capaz de soportarlo.
“Serpiente negra” mantenía constante el
movimiento de sus caderas. Le estaba costando mucho tiempo, pero ya casi iba
por la mitad de su anaconda elefantina. El coño de su ninfa era muy elástico y
no paraba de soltar jugos que, unidos a su precum, ayudaban a la penetración.
Las manos de Itzcoatl no permanecían quietas. Acariciaba todo el cuerpo de su
jovencísima hembra con deseo ardiente, le lamía la espalda, masajeaba sus
pechitos de cría, y volvía a masturbarle el clítoris. Y así “Venadito” fue
relajando poco a poco su vagina, y poco a poco su tío se la fue llenando de duro
rabo de semental caliente.
Cuando solo quedaban un par de dedos del
impresionante tronco de elefante fuera del coño de la niña rubia, Itzcoatl
sujetó firme a Mazatzin y terminó de rellenarle su dulce coño rosadito de negra
polla dura de un último empujón, algo más profundo y firme que los anteriores.
Los enormes cojones colgantes del guerrero tatuado quedaron completamente
pegados al cuerpo de su preciosa ninfa de orbes celestes.
-AaaaAAaaahhh… - “Venadito” soltó un gemido cuando se notó a
reventar de polla de su tío.
-Ya
está, preciosa. Lo has conseguido. La tienes toda entera dentro de ti… ¿Cómo la
sientes? – quiso saber el pervertido
hombre, quedándose quieto dentro de ella.
-Hhhh…
No sé - la pobre cría no sabía qué
decirle a su tío. Decidió ser franca – Molesta.
Es tan enorme… Aunque no me dolió tanto como pensaba. Fue peor lo primero –
dijo, en referencia a la rotura de su himen.
-Seguro
que te gustó cómo te hice sentir antes con mi boca, “Venadito” – le respondió “Serpiente negra” – Ahora haré que te sientas igual de bien,
pero como un marido se lo hace a su mujer, dándole todo el amor que tiene
acumulado aquí dentro – el fornido hombre se agarró los gordos cojones colgantes
y los apretujó contra el coño suave y tierno de su sobrina.
-Hh…
¿El amor…? – evidentemente la menor
no tenía ni idea de qué le estaba hablando su tío.
-Muy
pronto lo comprobarás por ti misma, mi preciosa niña – aseguró su abusador, comenzando a moverse en su
cálido y prieto interior muy despacio.
Eleuia tenía buena parte de su cuerpo
marcado, golpeado y rajado, allá donde el bestia de su primo Yaotl llegaba con
sus garras y dientes afilados. Además de la garganta dolorida de tanto gritar,
aunque no tanto como su culo que el sádico de orbes bicolor sodomizaba sin
compasión. La pobre adolescente de pelo castaño, amarrada e indefensa, no podía
hacer nada por frenar el salvaje ataque de aquel animal sin escrúpulos que se había
obsesionado con cumplir con ella una tormentosa venganza que no comprendía.
Pero Yaotl no se sentía satisfecho.
Todavía podía causarle mayor dolor y sufrimiento a su futura esposa. Y sabía
exactamente cómo iba a hacerlo. Él poseía un hacha de guerra algo distinta al
de las del resto de su tribu. Las otras eran simples hachas hechas de una pieza
de bronce, con el mango redondo, y la parte de arriba una media luna aplastada
y afilada, de no más de 5 cm de largo y 3 cm de ancho. El hacha del malvado violador
era distinta. Para empezar, estaba hecha de dos piezas. Un mango de fémur algo
curvado decorado con símbolos negros, y la parte cortante del hacha estaba
hecha de afilada obsidiana negra, un triángulo que tenía uno de sus vértices
incrustado en el extremo superior del hueso. El extremo inferior del mango se
ensanchaba, por la forma natural del fémur en sus lados, bifurcándose. En el
centro de esta cavidad habían incrustado una pieza redonda de obsidiana. En
conjunto era mayor, más larga, y desde luego bastante más ancha que las de sus
compañeros guerreros.
Afortunadamente para Yaotl, llevaba dicha
arma encima, pues estaba colgada de su cinturón lleno de huesos y piedras.
-¿Preparada
para perder tu virginidad, zorra? –
le preguntó a su prima.
-¿¡Qué!?
¡¡NO!! – chilló “Deseo” aterrorizada,
pensando que el bastardo iba a meterle ahora su pollón descomunal por su coño.
Pero no tuvo esa suerte.
El de orbes bicolor metió el extremo
inferior de su hacha en la boca de “Venadito” para que la chupara, cosa que
hizo sin oponer resistencia, mientras soltaba suaves gemidos, a medida que su
tío la iba follando cada vez a más velocidad y profundo, quedando a un lado el
dolor que sintió al principio de su desfloración, y obteniendo ahora bastante
placer con ese maldito pervertido que casi le triplicaba la edad. Esos jadeos
delatantes quedaban ahora ahogados por el arma que su primo le obligaba a
mamar, como si fuera otra polla.
Yaotl no se demoró demasiado en sacarle a
“Venadito” el mango del hacha de su boquita de niña linda. Estaba extasiado con
lo que iba a hacerle a Eleuia. Pensaba desvirgarla de la peor manera posible
para ella, la más deshonrosa y despreciable. Porque no pensaba usar su polla
para hacerlo. Se sentía demasiado bien reventándole el culo como para sacársela
de ahí. Sin más preámbulos, el sádico puso el extremo inferior abultado de su
arma contra el coño de su prima mayor y empujó con toda su mala hostia,
encastándoselo en su vagina de puta hasta la parte del hacha de obsidiana,
dejándola completamente en su interior. Igual que la tenía completamente
empalada por el orto con su gordote rabo de semental.
-¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!!!!! – “Deseo” soltó un grito tremendo cuando notó que su
virginidad había sido robada de aquella despreciable manera.
Y encima ese bastardo degenerado no había
sacado esa cosa enorme de su culo y ahora le dolía horrores tanto su vagina
sangrante como su ano dilatados ambos al máximo y tensísimos. El daño era
atroz. Insoportable. Eleuia aullaba como una cerda el día de la matanza. Y esos
gritos de puro sufrimiento visceral provocaron en Yaotl tal excitación extrema
que comenzó a violentar el pobre cuerpo de la adolescente de pelo castaño con
toda su rabia. La sodomizaba sin compasión a una velocidad de vértigo, y se
follaba su coño recién estrenado con el mango de fémur de su arma. Se sentía
muy muy muy excitado.
-¡¡ASI
PUTA!! ¡¡GRITA BIEN FUERTE!! ¡¡AaaaAAaaaaAaaahh!! ¡ME PONES A MIL, CERDA! – exclamó Yaotl entre profundos gemidos de placer.
-¡!!AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!
¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!! – y la
pobre “Deseo” venga a berrear desesperada.
Y cuanto mayor dolor y humillaciones
sufría la adolescente de pelo castaño, más placer y cuidados recibía su hermana
pequeña rubia “Venadito”, quien ya gemía con más soltura al ritmo de las
penetraciones vigorosas de su tío en su coño de nenita recién desvirgado. Ambos
hombres se sentían desde hacía rato al borde del orgasmo. Y la jovencísima
Mazatzin les seguía muy de cerca, ahora que estaba descubriendo los gozos del
placer carnal de mano del hermano de su padre. La única de aquel cuarteto que
sufría y lo pasaba terriblemente mal y quería morirse era Eleuia, la mayor de
las hermanas.
-Mi
preciosa “Venadito”... AaaaAaahh... Se acerca el momento... AaaAahh...
¿Preparada para recibir el amor de tu tío y darme el tuyo? – preguntó “Serpiente negra” a Mazatzin.
-Ssi
tío... AaaaAaahhh... Creo que siii... ¡Se siente bieeen...! – reconoce la menor de melena rubia.
Itzcoatl comenzó a penetrarle el coño a
su sobrinita mayor velocidad. Sus enormes cojones colgantes negros golpeaban
una y otra vez contra el cuerpo de la ninfa pre púber, deleitándole con el
delicioso sonido como chapoteante. Cuanto más rápido embestía el oscuro
guerrero tatuado de serpiente, mayor era el gozo que sentía “Venadito” en su
coñito prieto y recién desvirgado.
-¡¡Ya
me viene preciosa!! ¡¡Siente mi semilla en tu interior!!
¡¡AAaAAAaaAAAaAAAaAAHH!! – Itzcoatl
dio un último empujón y empezó a correrse de manera increíblemente abundante en
el interior del útero de la niña.
-¡¡AAaAAAaaAAaaAAaAAaaAAahhh...!!
¡¡Sssiiiii!! – “Venadito” comenzó a
sentir convulsiones muy intensas en su vagina, y justo cuando su tío se le
corría dentro, ella hizo lo mismo, llegando a tener un orgasmo espectacular.
Yaotl también estaba al límite de su
aguante. Pero el sádico bastardo no pensaba ponerle nada fácil a Eleuia. Todo
lo contrario, siempre que pudiera, le jodería la existencia un poquito más allá
del límite cruzado anteriormente. Así que el muchacho de pelo castaño inició un
ritmo terrible sodomizando a la mayor de las hermanas, “Deseo”, con su gruesa
polla de caballo semental. Le empotró con violencia, con ira, con rabia, con
saña. Quería ver salir el extremo de su duro rabo de toro por esa boquita de
cerda que tenía la zorra su prima.
En el momento en que el de orbes bicolor
notó que le llegaba el orgasmo, clavó su polla bien profundo en las entrañas de
la adolescente recién desflorada y comenzó a soltarle allí litros de lechada
espesa y caliente.
-¡¡AAaAAAaaAAAaAAAaaAAAHH!!
¡¡Ssiii Jodeeeer!! ¡¡ME ENCANTA FOLLARTE EL CULO PUTA!! – gritó mientras gemía extasiado.
-¡Nooo!
¡Bastaaa yaaaa! – suplicaba Eleuia
llorando al límite de sus fuerzas y sintiendo un lacerante dolor en su orto.
El primo de la violentada sacó de pronto
su gordota polla del ano de la chica abusada, le quitó el mango de su hacha de
dentro de su sucio coño de perra, y de una sola embestida le clavó su duro rabo
palpitante y que seguía escupiendo leche, dentro de su raja.
-¡¡AAAAAaaaAAaAAAAaAAAaaahh!!
¡NOTA COMO TE PREÑO CERDA!! – le dijo
aquel sádico sin escrúpulos.
-¡NOOOOOOO!
¡¡NO QUIERO TENER UN HIJO TUYOOOOOOOOO! ¡¡¡MALDITO YAOTL!!! – Eleuia volvió a llorar mucho más fuerte por
aquella putada.
Su violador todavía tuvo tiempo de sacarle
el pollón gordo de caballo del coño y clavárselo en el culo, y correrse un poco
más, y volver a sacársela para empalarla por su coño y dejar ya los últimos
escupitajos de corrida en su interior. Preñándola seguro.
-....
Te... odio... – susurró “Deseo” al
bastardo de su primo.
-Lo
sé, zorrita. Por eso mismo quiero tenerte por esposa. Porque eres una mala puta
que no sabe estarse callada y someterse a la voluntad de su macho – le respondió el castaño.
Tras decirle esto, el de orbes bicolor se
limpió la polla en la falda rota de su prima y se alejó para tomarse un
merecido descanso.
Su padre, “Serpiente negra”, también se
salió de dentro del delicioso coño de su ninfa rubia, y acompañó a Yaotl a
tomarse un refrigerio y alguna bebida alcohólica. La noche no había hecho más
que comenzar.