domingo

El Rey de los Cerdos 05

Anal en la ducha a Alba, su hermana menor. Lluvia dorada ala mayor, Valeria. Sexo en casa jugando a la play con sus hermanas mayor y menor y su madre. Incesto. Ovidio descubre cómo dejar despierta la consciencia de sus víctimas mientras abusa a las hembras de su harén familiar.


Ovidio se puso como meta conseguir su propósito. Y para ello decidió que no volvería a follarse a nadie hasta que no lograra lo que quería, sin distracciones.

La única que se permitía era cada noche conectar su cámara web -les había dado nuevas instrucciones a sus hermanas para evitarse la tentación de tenerlas en su cuarto en directo- y ver a Valeria y Alba metiéndose consoladores, la mayor por el culo y el coño y la pequeña solamente por su culo. Él se masturbaba y seguía con lo suyo, mientras ellas dos tenían un orgasmo pensando en él.

Ovidio dormía ahora en el cuarto de sus padres. Los tenía a todos en su familia programados desde hacía meses para aceptar cualquier tipo de actividad sexual incestuosa. El nerd seboso ya le había metido su polla apestosa a su hermana mayor Valeria y a su madre por el coño y a la pequeña Alba por el culo. Pero necesitaba tenerlas conscientes a partir de ahora, y eso no era tan fácil de lograr.

Estaba trabajando en la nueva versión de su aparato de control mental. Estuvo dándole durante semanas. Pero no encontraba de ninguna forma cómo lograr la consciencia despierta de sus víctimas. Tampoco le quedaba claro cómo actuaba el aparato, qué tan lejos llegaba su efecto… y si eliminaba el control a la consciencia ¿Dejaría de controlar al resto? ¿Cómo evitaría que otro miembro de su familia llamara a la policía mientras él violaba a alguna de sus hermanas o su madre por ejemplo?
Tan harto estaba de todo ya que tras semanas de devanarse la cabeza -sin saber que en realidad la respuesta era bien simple y fácil- que aquella noche Ovidio dejó estar su autoimpuesto celibato. Llamó a todos y mandó a su padre a emborracharse al bar para que no le molestara.

Mientras no descubriera cómo follarse a Valeria y Alba conscientes no les robaría la virginidad del culo y del coño respectivamente, pero su enorme frustración acumulada por días de matarse a pajas y no lograr resultados con su invento.

De pronto a Ovidio le apeteció tomarse un baño, pues se duchaba una vez o dos al mes como mucho. Pero uno: en su casa no había tina, sino ducha de pared, y problema dos: se necesitaría una bañera tamaño elefante para poder meterse él dentro con todas sus exageradas carnes. Pero hacía semanas que no pasaba por la ducha. Y necesitaba desconectar. Dejar evadir la mente y joder echar un buen polvo o dos.

Y ahora que tenía a tres mozas más que dispuestas a ayudarlo en la ardua tarea, pues lo iba a aprovechar.

—¡Alba, Valeria, mamá! ¡Detened todo lo que estéis haciendo y marchad todas al lavabo! ¡Os quiero desnudas a la de YA!

Ovidio se desnudó y fue a buscar algunas cosas al cuarto. Luego, entró en el baño y le puso el bañador reglamentario escolar a su hermanita pequeña Alba. A Valeria, su odiosa hermana mayor, la vistió con un simple tanga de hilo rojo minúsculo, y nada más. Y a la puta de su madre le puso un corsé granate, con el coño y sus tetazas a la vista.

Abrió todas las mamparas, era la única manera en que podía caber ahí. De este modo el agua se derramaba por todo el suelo del lavabo, pero no había más remedio. Abrió el paso del agua y cayó como lluvia agradable caliente sobre ellos.

—Todas enjabonaos las manos y comenzad a limpiarme. Por todas partes. No quiero que os dejéis ni medio centímetro de mi cuerpo sin limpiar, putas de mierda. Daros besos y morreadme a mí también.

Así lo hicieron madre e hijas, poniéndose bastante jabón en las manos y comenzaron a frotarle suave y con aroma afrutado cada repliegue de grasa sobresaliente y colgajoso de Ovidio. Sus brazos, manos, piernas, pies, barrigota, torso asqueroso, tetas colgantes, espalda, culo… todo bien limpiado a seis agradables manos féminas, mientras el obeso cerdo recibía lujuriosos morreos, o se besaban las hembras de su harén familiar entre ellas.

—Alba, tu concéntrate ahora en esta zona —ordenó a su hermanita pequeña en bañador escolar reglamentario del colegio católico, señalándose la polla a medio inflamar.

Joder, tener a su madre y sus hermanas con esos complementos sexys puestos, tocándolo así… Tenía muy claro qué quería hacer ahora. Follarse a Alba por el culo. Llevaba demasiado tiempo sin encular a su dulce hermanita.

Alba se enfocó en masturbarle al seboso de su hermano mayor su polla, masturbándolo con bastante habilidad ya adquirida. La prepuber rubia había estado jugando ella sola cada noche con consoladores en su culo. No demasiado grandes, pero si lo justo para que su esfínter se volverá más elástico, y más capaz de abarcar algo de tamaño tan bestial como era el enorme pollón de su hermano, que en comparación a su culo era como intentar meter el brazo en el orifico de un diminuto alfiler.

La verga del nerd gafotas obeso pronto estuvo durísima y altiva alzándose tiesa entre sus piernas. Era un pollón tremendo.

—Alba, ven aquí.

Abrazó a su hermana pequeña y la alzó en el aire, apoyándole la espalda contra la pared del lavabo. Su culito prieto quedó puesto sobe el glande del pollón elefantino de Ovidio, mirándose ellos, violador y violada, cara a cara. Ella se sujetaba por los hombros de él. Él la tenía agarrada por su cadera, dejándola en el aire, pues ella no tocaba con los pies al suelo por mucho.

Esta vez no iba a ser tan considerado.

—Tú zorra de mierda, cuando te ordene, tírale de esta pierna —le dijo a Valeria, su hermana mayor, y luego le ordenó a su madre que tirara de la otra— Y no paréis hasta que veáis mi glande desaparecer dentro de su culo.

Si la pobre Alba hubiera escuchado eso le habría dado un ataque de histeria a lo mínimo. Pero eso no pasó, porque estaba totalmente sometida mediante control mental por el asqueroso pervertido sádico que tenía por hermano mayor.

—Tu, preciosa gatita, mírame a los ojos, y respira hondo. Intenta relajar tu cuerpo todo lo posible.

Alba obedeció y miró a los ojos a Ovidio, su hermano mayor obeso, mientras él, con su pollóngordote bien enjabonado, apartó el bañador y comenzaba a empujar con todas sus fuerzas contra su apretadísimo culo.

— HhhhnHHHHHhhhhhnnnn…! ¡AHORAAAAAAAA!

Valeria y su madre tiraron cada una de una pierna de la cría hacia el suelo, tratando de vencer la resistencia del orto de Alba, y que se dejara empalar de una vez por aquel trabuco de dura carne.

Gracias a Dios que no tuvo que demorarse horas, como la primera vez que la violó por el culo. Ahora, al poco de estar empujando el con su cuerpo para arriba, y ellas tirando de ella para abajo, tras semanas de trabajarse el ano cada noche, Ovidio notó como la punta de su pollón atravesaba la barrera invisible y se encajaba perfecto en ese orto divino joder.

—Aaaaahhhh… ¡¡SSssiiiiii!! ¡¡SIII JODEEEEEEEEEEERR!! ¡¡QUE RICO CULO TIENES HERMANITAAAAAAAAAAA!!

El obeso en la puta gloria, les ordenó a Valeria y su madre:

—¡¡Que no se le salga a Alba mi polla de dentro!!

Empujándola contra la pared, el seboso gordo retiró un poco el glande y volvió a empujar, retiró un poco y empujó y retiró y empujó, mientras las otras féminas se ocupaban de que su rabote demencial no llegara a salirse de dentro de aquel orificio tremendo. Imposible metérsela hasta la raíz ahora mismo, solo llegaba a penetrarla con la mitad de su grandaria, pero dada la poca preparación que hubo, más que contento estaba con eso. Todo un triunfo.

—Aaaahhh… mierdaaaa… si follarte el coño es la mitad de gustoso… ¡ABRAZAME Y BESAME GATITA!

Alba abrazó amorosa a su hermano mayor y comenzó a besarlo con deleite, mientras él le empalaba el culo con todas sus ganas.

Ovidio no se había olvidado de Valeria, la mayor de las hermanas:

—¡Zorra de mierda! —la llamó — Siéntate en el suelo, Enséñame bien tu coño y SUPLICAME QUE TE PERMITE CORRERTE.

Valeria obedeció, sentándose espatarrada en el piso, apartando el tanga rojo de hilo y enseñándole su coño digno de una animadora de película americana al cerdo seboso de su hermano nerd.

—Te lo suplico señor, te imploro que me permitas correrme.

Al contrario que Alba, la hermana menor, y que su madre, Ovidio le había ordenado a Valeria que no podía correrse sin su permiso. Pero al mismo tiempo la condicionó mentalmente para sentirse excitada cuando fuera follada por él, o sintiera dolor en su coño o su culo o boca, o estuviera teniendo cualquier tipo de sexo. Así que Valeria llevaba un buen tiempo sin poder correrse, pero manteniendo su excitación en un nivel muy elevado.

Mientras tanto, Ovidio proseguía con la rica violación al culo de Alba, estampándola con violencia contra la pared del baño. Y la madre de los chicos, que no había recibido otra orden distinta, seguía tirando de las piernas de Alba hacia abajo para que el tremendo trabuco que cargaba su hijo mediano entre las piernas, y con el que estaba violando ferozmente a la menor de sus hijas, no se le saliera del culo a la del bañador escolar católico.

Valeria perdía el poco orgullo que le quedaba implorándole a Ovidio que le permitiera correrse ahí tirada en el suelo del lavabo espatarrada de piernas.

—¡¡ME CORRO GATITAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!! —exclamó el nerd cuando su pringoso semen comenzó a inundarle el orto a su hermana menor, tras ser violada brutalmente por él.

Alba se corrió a la par, mezclando una vez más en su perturbada mente controlada el intenso dolor con un tremendo placer… ambos provocados por Ovidio.

El nerd soltó a Alba y la madre la ayudó a sostenerse contra la pared, porque la niña estaba con sus piernas temblándole mucho y sin fuerzas.

Ovidio entonces comenzó a darle patas muy bestias en el coño a la zorra asquerosa de Valeria, su odiada hermana mayor. Se notaba de lejos que a ella era a la que peor trataba.

—¡NO SABES EL ASCO QUE ME DAS VALERIA! ¡¡CUANTO LLEGO A DETESTARTE!! ¡¡CON TODA MI ALMA!! —gritó el nerd llenísimo de rabia por dentro, por lo mal que lo había tratado su familia en general, pero Valeria en concreto. Se las iba a hacer pagar todas y cada una JODER.

De pronto Ovidio paró las patadas, apuntó su polla a la cara y al coño de Valeria y comenzó a regarla con una interminable meada oscura, ambar, apestosa a más no poder.

—¡¡¡¡CORRETE AHORA ZORRA DE MIERDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!

Valeria, su hermana mayor, no necesitó la ayuda de mayor estimulación que el dolor pulsante en su coño pateado, la horrible sensación de estar siendo regada por aquel orín asquerosísimo, y estar siendo víctima de las peores humillaciones y vejaciones por parte de su hermano nerd obeso. A la orden de él, la rubia explosiva comenzó a sufrir un orgasmo poderosísimo, mientras era regada efusivamente con el orín de ese malnacido nerd.

—Limpiaos bien por dentro y por fuera. Os quiero a las tres desnudas en mi cuarto en media hora.

Ovidio se tumbó en el sofá de su cuarto y encendió la Play. Comenzó a jugar mientras esperaba a que aparecieran sus esclavas sexuales limpias y listas para un nuevo asalto.

En cuanto aparecieron por la puerta, el nerd seboso gafotas les dio las siguientes órdenes:

—Mamá tu móntame. Vosotras dos, mis queridas hermanas, refrotaos contra mí y lamedme y acariciadme.

Su madre se le subió encima a horcajadas y comenzó a penetrarse el coño materno con aquel pedazo imposible de carne dura. A pesar de haber parido tres hijos, le costó lo suyo hacerlo.

—¡AaaaaaaAAaaaAaaaaaAaaaahhhhh…! —gemía ella, algo dolida.

Él seleccionó un juego violento de coches y putas y se puso a jugar mientras la zorra de su madre lo montaba. Mierda. ¿Por qué no era capaz de hacerlo? ¿¿Porque nada de lo que probaba le funcionaba?? Ovidio ni le prestaba del todo atención a su madre, ni al videojuego, ni si quiera a las preciosas de sus hermanas Valeria y Alba.

Ofuscado, tiró el mando sobre el sofá, le metió a Alba los dedos en la boca y a Valeria dentro de su coño. Ordenó a su madre que aumentara el ritmo de la follada. Morreó a Alba. Le metió un dedo gordo por el culo a Valeria. Le metió el dedo índice por el culo a Alba. Ambas gimieron. Una tenía prohibido correrse sin el permiso del seboso de gafas de culo botella.

Su excitación creció a pasos agigantados. Agarró a su progenitora por sus carnes y la hizo botar con fiereza sobre su duro mástil.

—¡¡Ojalá fueras consciente de que tu hijo se te corre dentro mamáaAaaAAaaaaAAaaaaaAAAaaAAAAaAa!!

Y tal cual dijo eso, su madre dejó de tener esa mirada perdida y miró a Ovidio a los ojos.

—Pero qué… ¿Qué…? ¿¿¿QUÉ HACES OVIDIOOO????

Gritó alarmada, pero no se apartó de encima del regazo del seboso nerd de su hijo.

Ovidio no entendía nada de nada. Su aparato no debía estar funcionando así. Era imposible.

—No grites, mamá —ordenó el gordo seboso. No quería que la pudieran escuchar los vecinos.

Ella dejó de gritar. Pero seguía increíblemente cabreada y escandalizada por lo que estaba sucediendo. ¿¿Por qué tenía la polla apestosa del cerdo seboso de su hijo metida en su coño?? La mujer no gritaba, pero tampoco colaboraba, ayudando a dejar que Ovidio meditara en lo que estaba pasando.

—Mamá, deja de ser consciente de lo que sucede.

Y como si hubiera accionado un botón imaginario, la hembra obedeció, dejando de quejarse y llorar por estar siendo violada por su propio hijo. Su mirada se perdió en la nada y dejó de ser expresiva.

—Mamá, salte de encima mío. Ponte entre mis nalgas y lámeme el ojete y los cojones.

Ovidio se puso más de lado en el sofá para que la idiota de su madre pudiera alcanzar a lamerlo ahí en esas zonas tan excitantes para él.

—Mi preciosa gatita, túmbate aquí a mi lado, que yo pueda alcanzarte a besarte o tocarte si me apetece —le dijo a su hermana menor Alba.

—Tú, zorra de mierda —se dirigía a Valeria, su odiada hermana mayor— Esfuérzate en volver a ponme la polla dura y luego móntate encima y fóllame hasta que vuelva a correrme.

Las tres hembras desnudas, que compartían sangre con aquel desalmado, obedecieron a cada mandato que éste les dio. A ver… estaba contento porque ahora al parecer podía controlar a cada una de sus víctimas, dejando a cada una en un nivel de consciencia o no consciencia de lo que sucedía según fuera su propia necesidad malsana. Eso estaba jodidamente bien. Pero seguía sin comprender por qué su invento funcionaba así. No debía hacerlo. No estaba hecho para eso. Necesitaba hacer más comprobaciones.

Pero ahora la golfa de su madre tenía su lengua metida en su culo obeso, tenía a la preciosísima Alba tumbada a su lado, y le lamía y acariciaba todo su cuerpo prepuber, mientras Valeria se afanaba a mamarle la polla con todo su deseo ardiente. Cuando la puta de su hermana mayor logró ponerle el rabo duro como una maldita piedra, se le subió encima a horcajadas a Ovidio, apoyando sus manos de princesa sobre el barrigoncio seboso del macho de la casa, y comenzó a moverse encima suyo cual diva porno. Joder que buena que estaba esa cabrona.

—¡Más fuerte, puta! AaaaaAAaaaahhh ¡¡Quiero notar la punta de mi capullo golpeando tu útero!! —exigió el nerd seboso entre gemidos.

Valeria, a pesar de haberse corrido hacía pocos minutos, volvía a sentir su coño encharcadísimo y unas horribles ganas de llegar al clímax, cosa que no podía llegar a hacer sin el permiso del cerdo seboso de su hermano menor. No así como Alba, la menor de las hermanas, la cual era besada y manoseada por el seboso de aliento apestoso, quien insistía en frotarle el clítoris y le había regalado ya un par de orgasmos en lo que iba de tarde.

La hermana mayor obedeció, comenzando a botar sobre Ovidio como si le fuera la vida en ello. Y como su mente había sido condicionada a sentirse excitada cuando follara con Ovidio, la muchacha estaba al borde del orgasmo casi siempre.

—¡¡AAaaaAAAAAAAAAAAAAAaaaAAAAAAAaaaaAAAAAA!!

El gordo sintió como por segunda vez en la tarde eyaculaba, pero esta vez no fue en la matriz de la puta madre que lo parió, sino que fue en la matriz de la cabrona de su hermana mayor Valeria. Ah que ganas tenía de verla ya preñada con su progenie. Que guapa estaría esa zorra preñada.

3 comentarios:

  1. otro gran capítulo de esta magistral obra, pudieses integrar a este harem a otra belleza, pudiendo ser una bella maestra o alguna tía/sobrina para darle mas morbo a la historia y expandir su poder.
    Te felicito y vamos por más.

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  2. Es impresionante cada idea que es te ocurre. Que la pequeña Alba lleve el bañador escolar, que su hermana y madre tiren de sus piernas para empalarla, que trate con violencia a Valeria, pateándola, insultándola y humillándola (espero que esto vaya a más o por lo menos se mantenga en la línea)... simplemente adoro esta saga y tu forma de escribir.

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  3. Mis queridos Guillermo090866 y Lêon, mil gracias por vuestros amables comentarios. Si, tengo intenciones de añadirle más ricas hembras al harén de este cerdo Rey. Lêon... ese comentario... ¿puede que te acabe de responder a otro nik por Todorelatos? jajaja ¡Un beso!

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