viernes

El Rey de los Cerdos 07

Desvirga el culo de su hermana mayor en medio de clase con todos mirando. Incesto. La obliga a mamarles la polla a todos los alumnos de su clase. Mientras él la encula una y otra y otra vez. Izan grabando. Bukake final.


Tras su boda con su preciosa gatita Alba, la menor de sus hermanas, lo siguiente que Ovidio tenía en su perversa lista de tareas pendientes era robarle a la imbécil de Valeria, su estúpida hermana mayor, la virginidad de su culo.

Le había preguntado a esa mala puta al respecto de su experiencia con el sexo anal al principio de controlarla mentalmente, y ella le dijo que lo había intentado una vez, pero que le dolió demasiado y lo odiaba. No quería hacerlo más. Por eso el nerd seboso no la folló por su culo hasta que no descubriera cómo hacer para que ella fuera consciente de todo lo que sucedía, y no solo lo obedeciera cual muñequita sin vida. Quería ver el asco en su mirada. El odio. El deseo de matarlo. Quería causarle cuanto más daño mejor. Tanto físico como mental.

Así que, ahora que ese cerdo degenerado seboso sabía cómo mantener como mantener conscientes a sus víctimas, decidió follársela por el culo por primera vez en su clase del instituto.

Ovidio estuvo sin ducharse desde la boda, la última semana. Esos siete días había estado disfrutando de las mamadas, sexo convencional y anal a diario con su preciosísima esposa Alba, su linda gatita que era sangre de su sangre. Aunque todavía no pudiese preñarla porque no le había venido el periodo, se la empotraba con todas sus jodidas ganas.

Hoy que era lunes el cerdo apestoso se vistió sport, con un chándal para obesos. Su pelo pajizo tan sucio como él se le pegaba al cráneo. Gafas culo botella. Él iba un curso por debajo de Valeria, así que no coincidían el aula. Por ella como si no hubiesen coincidido en la misma vida. Odiaba a Ovidio hasta el infinito. No existía ser que le provocara mayor grima, asco, repulsión que él.

Al llegar a la escuela, Ovidio fue primero a hablar con su propia tutora, para que no notara extraño que Ovidio no estuviera en clase. A partir de ahora eso no era un inconveniente. Es más, deseaba locamente aprobarle todos los exámenes porque sí.

Luego, sin perder tiempo, subió al piso donde estaba el aula de Valeria, su odiaba hermana mayor, a quien ese mismo día antes de salir de casa la manipuló mentalmente para que se pusiera el conjunto de ropa que a él más le apetecía verle puesto: una apretadísima minifalda de cuero negro, un tanga rojo debajo y en la parte superior sujetador rojo también, y una camisa semitransparente blanca que dejaba entrever el sujetador rojo. Por su condicionamiento mental, ella creía que aquel conjunto, uno: lo había elegido ella, y dos: era de lo más adecuado para clase.

Todos los chicos de su aula quedaron alucinados al verla, pero el único que se atrevió decirle algo fue su mejor amigo gay Izan. Comentándole sobre si es que a Val le molaba alguien de la escuela, y por eso vestía así de provocativa. Aunque más que eso, es que parecía una puta. Pero claro, eso Izan no se lo iba a soltar a la cara a Valeria, aunque si lo pensaba.

La maestra entró en la clase, y la conversación entre Izan y Valeria se detuvo, pero siguieron las fijas miradas de los varones a esa hembra tan apetecible que vestía como una fulana para el colegio. Menuda guarra. Seguro que le encantaba follar más que a un tonto un caramelo.

El nerd seboso entró en la clase justo después de la maestra y todos miraron en su dirección con gesto interrogante, menos Valeria que le dirigió una mirada de asco y odio supremo directamente. Ah… si ella recordara la de veces que se lo había follado con el mayor placer del mundo. Cuantas veces Ovidio se le había corrido en su útero fértil, consiguiendo preñarla. Cuantas veces ordenó a la gilipollas de su hermana mayor mamarle el rabo como si no existiera un mañana, o meterle la lengua por el culo y hacerle una buena comida anal… bueno pronto lo recordaría todo. Jajaja joder que gusto le daba imaginársela.

Pero primero tenía que condicionarlos a todos, según sus planes:

—Escuchadme todos y obedeced mis órdenes —dijo Oviedo— Desde ahora mismo os parecerá normal cualquier cosa que suceda en esta clase. Sexual o no.

Entonces se dirigió a Valeria —Tú, puta del demonio, serás totalmente consciente de todo lo sucedido hasta el día de hoy (así que recordaría todo lo que habían hecho hasta la fecha, y que estaba preñada de él) —No serás capaz de gritar. Tu cuerpo me obedecerá a todo lo que ordene, pero sabrás lo que sucede.

Saluda a Valeria con cara de prepotencia— Hola puta. ¿Echabas de menos a tu amo? Ven a saludarme como debes.

—Te odio… —Ella se le acercó y le plantó un morreo, ahí en frente de todos y junto a la profesora.

—Súbete a la mesa de la profesora y enséñame tu barriga —le ordenó, soltándole una tremenda cachetada a su culo enfundado en cuero, cuyo chasqueo resuena por toda la habitación, cuando ella se gira para obedecerle.

Una vez situada como le dijo, el nerd dejó su mochila en la silla de la maestra y sacó su máquina de tatuar, con la que escribió con tinta definitiva sobre la suave piel de esa puta:

“Saco de semen de Ovidio” justo encima de su útero ya fecundado con su semilla por las múltiples violaciones anteriores a su hermana mayor.

Una vez hecho esto, el seboso le ordenó a la rubia despampanante que compartía genes con él:

—Zorra de mierda, ponte a 4, con las rodillas sobre la mesa, con tu culo de cara a tu público — le ordena a su despreciable hermana mayor.

Valeria obedece en contra de su voluntad. Las nalgas prácticamente se le salen de dentro de la falda de tubo apretadísima. Absolutamente violable.

—Te odio te odio te odio… —murmura la rubia que si fuera americana sería animadora, seguro porque su físico lo vale. Llora recordando que está embarazada del cerdo asqueroso de su hermano menor. Recuerda que el cabrón se “casó” con Alba, su hermanita menor, y que la violó en presencia de todos, cura incluido. Recuerda cada vejación y humillación que ha sufrido en manos de aquel imbécil gordo seboso las últimas semanas. Una mezcla de tremendo odio, rabia, desesperación y asco la embarga por dentro.

Ovidio se dirige a los chicos de clase ahora— Mi hermana está follable ¿eh? —ellos asientes prácticamente babeando. Mas de uno ya luce la polla dura— Os quiero con vuestros ojos fijos en el culo de Valeria —y luego añadió— Os podéis masturbar, pero nada de correros todavía.

Entonces al darse cuenta de que Izan, el mejor amigo gay de su hermana mayor Valeria, estaba ahí, se le acercó. Visto de cerca el chico era realmente hermoso. Le dio su móvil— Tú grábalo todo en primer plano.

Entonces el nerd guardó la máquina de tatuar y sacó un tubo de lubricante de su mochila. No pensaba dilatarle lo más mínimo el culo a la imbécil de su hermana mayor, realmente quería causarle cuanto más daño pudiera mejor. Pero con el monstruoso vergón elefantino que le colgaba entre las piernas, imposible sodomizarla a lo bruto desde el principio sin eso. No sería capaz físicamente de metérsela. Por eso trajo consigo algo de lubricación.

Entonces Ovidio se subió a la mesa de la profesora, arrodillándose tras Valeria. Era bastante más alto y sus carnes las puso por encima de su espalda. Para que los de la clase tuvieran buenas vistas de la salvaje violación anal que estaba por suceder.

—No puedes gritar, puta. Recuerda que están dando clase aquí al lado. —le metió el lubricante justito para permitir deslizar su pollón tamaño brazo en el interior de aquel orto virgen adolescente. Ovidio ya había condicionado también a quienes tenían pared con pared con ellos para que ignorasen los gemidos y sonidos raros que pudiera haber. Lo tenía todo previsto.

Apartó el hilo rojo del tanga y apoyó su glande contra su apretadísima entrada posterior— Izan no pierdas detalle de esto.

El mejor amigo de Valeria enfocó la cámara directa a su culo a ese pollón apestoso y ridículamente enorme que estaba por penetrarla. Puesto a su espalda, Ovidio abrazó a su hermana por sus tetazas de embarazada y embistió con la mayor saña y mala hostia del puto mundo.

—Aaaaaaahaaaaaaaaaaaahhhhh…!! —gimió el nerd seboso con el mayor placer del puto mundo, notado como su polla de macho alfa atravesaba con brutal fiereza el orto virgen de su hermana, hasta la puta raíz de una sola embestida.

—¡¡HHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHMMMMMM!! —ella no podía gritar, y no pudo hacerlo cuando sintió que algo duro, enormísimo le destrozaba su culo virgen sin compasión.

Ovidio no dejó respirar a Valeria ni medio segundo, que ya estaba empotrándola durísimo contra el escritorio de su maestra, en una violentísima, profunda y veloz sodomización que hacía arder y palpitar en furioso dolor las entrañas de la pobre rubia embarazada.

—¡¡HHHHHHHHHHHHHHHH!! —Valeria lloraba copiosamente, se cogía a la mesa, y como su mente había sido condicionada a excitarse con el dolor, pero tenía prohibido correrse si Ovidio no se lo permitía, oleadas enormes de placer comenzaron a invadirla, mezclándose con el extremado dolor que la inundaba por todo su ser cada vez que aquel puto malnacido arremetía violentamente contra su culo.

Y los chicos de la clase venga a pajearse con aquella peli porno que estaban viendo en puto directo. Izan no dejaba de grabarlo todo en primer plano.

En pleno acto salvaje, Ovidio le rompió la parte delantera del sujetador a Valeria, y sus tetazas quedaron liberadas, y el venga a estrujarlas con mucha saña, mordiéndole a la puta de su hermana la nuca y sus hombros mientras la violaba como un puto demente.

Ella no podía gritar, pero no dejaba de insultar y amenazar a Ovidio— No sé cómo pero te jurooo que conseguiréeee denunciarte a la puta policiaaaa Ovidioooooo asquerosoooooooooo Te mataréeeeeee ¡¡¡HHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!

Así que él quiso joder el triple a la puta de su hermana mayor. Miró a todos los chicos presentes, unos veinte, machacándose las pollas, de todos los colores, tamaños y les ordenó. —Haced una fila delante de la cara de la puta de mi hermana, que os va a chupar a la polla a todos. Y se tragará todas vuestras corridas. ¡Valeria, obedéceme y mámales la polla a tus compañeros de clase!

Vamos, casi hubo hostias para ser los primeros de la fila. Quien lo logró fue un fornido muchacho que practicaba rugby, y que tenía una polla muy larga, y algo ancha, aunque ninguno de los presentes llegaba ni a un cuarto del gigantesco tamaño de Ovidio. Con el mayor asco del mundo Valeria abrió sus labios para que el chico pudiera meterle su polla durísima y manchadita de precum bien bruto hasta su garganta y comenzó a mamársela con deseo obligado. El chico estaba en la santísima puta gloria. No tardó ni cinco minutos en correrse dentro de la boca de Valeria:

—¡¡Aaaaaaaaaaaahhhh Siiiiii..!!

Y rápido el siguiente, un nerd delgado gafotas pelirrojo con pequitas pasó a meterle brutote su rabo duro dentro de la boca a Valeria, que continuó mamando polla.

Mientras los varones adolescentes se iban turnando para eyacularle a la rubia en su boquita de fresa, Ovidio se afanaba en encular a su hermana mayor con la mayor saña del puto mundo. Soltaba gemidos cada vez más elevados. Le clavó tan fuerte las uñas en sus tetas que se las había dejado arañadas, y caía sangre de las mordidas que le había hecho por su cuerpo. Joder, tenerla así sometida, mamando todas aquellas pollas que seguro que le asqueaban igual que la suya, era una delicia.

—AAaahahaaAAAaAHHH pero que PUTA eres VALERIA embarazada de tu propio hermano, dejándote romper el CULO por él en medio de tu aula y encima SUPLICANDO mamarles la polla a todos tus compañeros. PUTA MAS QUE PUTAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!!

Finalmente, Ovidio encastó una última vez su mastodóntico pedazo de carne cilíndrico y explotó en un orgasmo tremendo, inundándole a la zorra de su hermana las entrañas de una cantidad imposible de semen que iba derramándose por encima de la mesa de la profesora, sus apuntes y libros.

Pero aquel degenerado malnacido no iba a quedarse a gusto con eso. No. Además, solo llevaba comidas dos de vente pollas. Le quedaba un arduo trabajo a su boquita por delante. Así que no sacó la polla de dentro de su culo, disfrutando de la forma en la que sus paredes anales lo apretaban y palpitaban enrojecidas por el salvaje enculamiento que acababan de recibir.

Ovidio le ordenó a la maestra que le lamiera a él el ano y su escroto y perineo, pues le encantaba que se lo hicieran. A las otras chicas presentes en clase, unas 8, les ordenó desnudarse y acercarse a la mesa.

Al final terminó sacándole del todo la polla a Valeria, pero no se movió ni cambió de posición, solo que ahora su gigantesca polla apestosa de gordo colgaba medio erecta entre sus piernas— Chicas, quiero sentir vuestros labios y lengua por toda mi polla. Turnaos para mamarme el rabo. La que no pueda hacerlo que me lama cualquier parte cercana. Si no llegas, acercaos para que alcance a morrearos o tocaros las tetas —así Ovidio logró que su pollón enorme volviera a la vida.

Valeria mamaba polla tras polla y tragaba corrida tras corrida, con su culo inflamado por el dolor. También se sentía excitada al máximo por el condicionamiento mental de Ovidio. Cuando el seboso de su hermano menor tuvo la polla bien dura de nuevo, mandó a las chicas a dejarse tocar por los chicos del aula. Enfiló su pollón mastodóntico al coño estrecho de Valeria y empujó con la misma saña que le había roto el orto pocos minutos antes.

—HHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHMMM —emergió de la boca ocupada de polla de la rubia.

—¡¡Aaaahhh joder como me encanta follarte por el coño, putaaaaaaa!!

Estuvo dándole duro por el coño mientras ella comía como 11 pollas. Luego sacó su polla de la vagina de la estúpida de su hermana mayor y volvió a empalarla por su goloso culo de zorra, que tenía la faldita de tubo de cuero subida mostrando las nalgas y su tanga rojo. El sujetador del mismo color que el gordo seboso rompió le colgaba por lo costados. El 11 se le corrió en la boca y fue seguido rápido por la polla número 12, grandota, que comenzó a follarle la garganta sin miramientos. Ah todo en conjunto era una puta locura ¡que gozo sentía Ovidio de poder abusar en grupo así de esa malfollada!

Estuvo enculándola con el mayor placer del jodido mundo, hasta que ella hubo terminado de mamarles las pollas a los 20 chicos de la cola.

—¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!!! —gimió el gordo apestoso soltando por segunda vez su corrida en el orto de su hermana.

Pero no estaba aún satisfecho. No. Aun no. Quería humillar más a esa puta.

—Valeria, desnúdate y túmbate en el suelo boca arriba. Mastúrbate. Chicos vosotros todos en circulo a su alrededor y pajeaos. Chicas, vosotras id lamiéndoles a los chicos sus ojetes. Profesora, tu sigue lamiéndomelo a mi —miró a Izan que seguía sosteniendo el móvil— Izan ahora que grabe otro. Tú Izan ponte a mi lado —Ovidio y él se pusieron sobre la cara de Valeria, el resto de los chicos en un óvalo mal hecho alrededor sobre su cuerpo y todos pajeándose con ganas, mientras las féminas mamaban orto, y la rubia se masturbaba gimiendo como una perra.

Cuando el orgasmo de Ovidio estuvo cercano, ordenó— Chicos quiero que nos corramos todos juntos sobre Valeria. Mi corrida será la señal. Valeria: en cuanto mi corrida toque tu piel sentirás el orgasmo más feroz que hayas sentido en tu puta vida.

—Hijo de la gran putaaaaaaaaa te odiooooooooooooooooooo ¡¡¡¡HHHHHHHHHHHHHHHH!!!!

Ovidio se corrió, los 20 chicos se corrieron al unísono. La corrida de Ovidio e Izan cayó en la cara de Valeria, obligando a su cuerpo a sufrir un orgasmo apoteósico mientras la corrida de veinte tíos le caía sobre sus tetas, brazos, estómago, pelo, piernas… fue bañada en semen.

Y ahí vino la última orden de Ovidio— Puta, no vas a limpiarte esas corridas. Vístete y sigue dando clase con mi semen rezumándote por el culo y tu coño, y con el sabor a veinte pollas en tu boca y con la corrida de tus compañeros en tu piel. Así estarás hasta cuando vuelvas a casa, que irás directamente a la ducha y a mi cuarto, para que te haga mamarme la polla… y puede que vuelva a encularte.

Luego Ovidio ordenó al resto de la clase —Todos vosotros y vosotras colocaos bien la ropa y continuad con lo que estabais haciendo antes de que os interrumpiera. Jamás recordareis lo sucedido, pero sí tendréis sueños eróticos con la puta de mi hermana mayor.

Ella, medio desmayada en el suelo, comenzó a obedecer, sintió ganas de escupirle al imbécil de Ovidio en su fea cara de gordo seboso, pero en vez de eso se vistió, respondiendo un —Ovidio… Te… odio… con todo mi ser.

Valeria se sentía increíblemente asqueada y dolida y asqueada y rabiosa y asqueada y excitada por lo sucedido. Y asqueada, por si no lo he dicho ya. Tremendamente asqueada. Quería morirse. Pero sus deseos de muerte no llegaron a consumarse.

Ovidio salió por la puerta y se quedó mirando por el cristal rectangular que hacía de mirilla como todos iban acatando sus mandatos.

Cada estudiante, chicos y chicas, y la profesora, todos volvieron a sus posiciones y ella a dar la clase.

Valeria, la zorra rubia que era la madre de su futuro hijo incestuoso, se colocó bien la ropa de furcia barata que vestía y temblorosa se sentó en su asiento. Le relucía la piel y el pelo y la ropa por los litros de semen de la veintena de muchachos que le habían eyaculado encima. Seguro que su boca seguía sintiendo el sabor de sus pollas y múltiples corridas. Seguro que el coño, y muchísimo más su culo de animadora, le palpitaban y ardían y sentía el espeso semen de su hermano pequeño nerd rezumándole sin descanso por cada uno de sus orificios de puta. Tenía que estarle doliendo de lo lindo su orto recién desvirgado de la peor de las maneras, con aquel brutal sadismo con el que actuó Ovidio al sodomizarla con crueldad desmesurada y sin miramientos. Buscando que ella no se sintiera cómoda sentándose el próximo mes.

Satisfecho de si mismo, el gafotas salió de la clase de su hermana mayor y se encaminó a la salida de la escuela, dándole vueltas a cuál seria la siguiente maldad que haría. A quién le iba a destrozar la vida ahora.

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